Don Dolindo Ruotolo, sacerdote italiano contemporáneo del Padre Pío, nos transmite un poderoso acto de abandono, revelado por el mismo Jesús: “¡Oh Jesús, me abandono a ti, a ti te toca pensar en ello!” Este acto nos recuerda la necesidad de abandonarnos en plena confianza a Jesús, que está en el corazón de la devoción a la divina misericordia. El rosario que acompaña este acto nos ayuda a entregarnos plenamente a Jesús y a la voluntad de Dios.
"¡Dios, ayúdame!"
“¡Señor, ayúdanos!”
“Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, al Dios que es, y que era, y que ha de venir, por los siglos de los siglos. ¡Amén! ¡Aleluya!”
En la cuenta grande: “¡Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad!”
En cada una de las 10 cuentas pequeñas: “Jesús, a ti te corresponde pensarlo”
Un Gloria al Padre para terminar la decena.
En la cuenta grande: “¡Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad!”
En cada una de las 10 cuentas pequeñas: “Mamá María, a ti te corresponde pensarlo”
Un Gloria al Padre para terminar la decena.
En la cuenta grande: “¡Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad!”
En cada una de las 10 cuentas pequeñas: “Jesús, a ti te corresponde pensarlo”
Un Gloria al Padre para terminar la decena.
En la cuenta grande: “¡Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad!”
En cada una de las 10 cuentas pequeñas: “Mamá María, a ti te corresponde pensarlo”
Un Gloria al Padre para terminar la decena.
En la cuenta grande: “¡Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad!”
En cada una de las 10 cuentas pequeñas: “Jesús, a ti te corresponde pensarlo”
Un Gloria al Padre para terminar la decena.
Reza una Salve Regina y un Padre Nuestro.
“¡Oh Jesús, me abandono a ti, a ti te corresponde pensarlo!”
“¡Jesús, en ti confío!”
“Padre mío,
me abandono a ti,
haz de mí lo que quieras.
Hagas lo que hagas conmigo, te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.
Con tal que tu voluntad se haga en mí, en todas tus criaturas,
no deseo otra cosa, Dios mío.
Pongo mi alma en tus manos.
Te lo doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y es una necesidad de amor entregarme,
ponerme en tus manos, sin medida,
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre”.
Hozana te ofrece diferentes comunidades de oración para que te abandones en la oración con Jesús. Por ejemplo: