Novena de las Manos Ensangrentadas de Jesús

Suplicando, con mucha fe, y expulsando el mal con la autoridad de Jesús, por el poder de Sus Manos Ensangrentadas, curaciones, liberaciones y bendiciones se testimonian por los devotos MEJ.

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Suplicando, con mucha fe, y expulsando el mal con la autoridad de Jesús, por el poder de Sus Manos Ensangrentadas, curaciones, gracias, liberaciones y bendiciones se testimonian día tras día en la vida de quienes rezan la Novena de las Manos Ensangrentadas de Jesús.

La Oración de las Manos Ensangrentadas de Jesús fue enviada, por primera vez, en septiembre de 2002, a los asociados de la Asociación del Señor Jesús (Associação do Senhor Jesus), a través de la revista “Brasil Cristão”, con ocasión de la Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz.

Así comenzó la devoción, con la Oración de las Manos Ensangrentadas de Jesús siendo rezada por el Fundador de la Asociación del Señor Jesús, el Padre Edward Dougherty, SJ con muchos fieles en todo el mundo.

Hoy, la Novena de las Manos Ensangrentadas de Jesús se reza diariamente en la emisora de televisión “Rede Século 21” y por miles de fieles en todo Brasil.


La sangre de Jesús, derramada en su Pasión y Muerte en la cruz, fue el altísimo precio pagado para nuestra salvación y reconciliación con Dios Padre: “Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas.” (Isaías 53:5)

Solamente por amor, siendo Dios, Jesús asumió nuestra humanidad. “Se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros.” (Juan 1:14)

Nació en la pobreza del pesebre y hasta los treinta años vivió ocultamente en la aldea de Nazareth. En los tres últimos años de su vida, pasó por toda Galilea sembrando el Amor y la Paz. Todos los que se le aproximaron tuvieron sus vidas radicalmente transformadas y fueron curados física y espiritualmente

¡La Divinidad de Jesús ahuyentaba todo mal! ¡De su humanidad, emanaba la obediencia al Padre y la extrema humildad! ¡Su mirar, lleno de misericordia, penetraban hasta lo más profundo de los corazones! Y sus manos, “que vinieron a servir y no a ser servidas”, tocaban, liberaban y curaban inmediatamente

Pero esas manos que sólo hicieron el bien fueron injustamente perforadas y clavadas en la Cruz. De estas manos ensangrentadas se derramo la sangre del Redentor que hoy, a través de esta Novena, tú puedes y debes clamar sobre ti y sobre tu familia

Suplicando, con mucha fe, y expulsando el mal con la autoridad de Jesús, por el poder de Sus Manos Ensangrentadas, curaciones, liberaciones, bendiciones y milagros comenzarán a ocurrir en tu vida y en la vida de aquellos que viven contigo.

Los miles de fieles que, con la Oración de las Manos Ensangrentadas de Jesús, ya fueron tocados, se unen a una sola voz para dar testimonio “con sus cardenales hemos sido curados.” (Isaías 53:5).


Para recibir un ejemplar impreso de la Novena Perpetua de las Manos Ensangrentadas de Jesús, póngase en contacto con:

Teléfono y WhatsApp: +55.19.38719620

Correo electrónico: [email protected] 


“¡Manos Ensangrentadas de Jesús, Manos heridas en la Cruz! 

¡Ven a tocar en mí, ven Señor Jesús!”


Canta y reza con la canción oficial de las Manos Ensangrentadas de Jesús 

cantada por Maria do Rosário en portugués:


Oración de la novena

ORACIÓN DE LAS MANOS ENSANGRENTADAS DE JESÚS

¡Sáname, Señor Jesús! Jesús, coloca Tus manos benditas, ensangrentadas, llagadas y abiertas sobre mí, en este momento. Me siento completamente sin fuerzas para seguir cargando mis cruces. Preciso que la fuerza y el poder de tus manos, que soportaron el más profundo dolor al ser clavadas en la cruz, me sanen y me curen ahora. Jesús, no pido solamente por mí, sino también por todos aquellos que más amo. Nosotros precisamos desesperadamente de cura física y espiritual, a través del toque consolador de tus manos ensangrentadas e infinitamente poderosas. Yo reconozco, a pesar de toda mi limitación y de la infinidad de mis pecados, que es Dios, Omnipotente y Misericordioso, para hacer y realizar lo imposible. Con fe y total confianza, puedo decir; ‘¡Manos Ensangrentadas de Jesús, Manos heridas en la Cruz! ¡Ven a tocar en mí, ven Señor Jesús!'” En el final de cada día, rezar un Padre Nuestro y un Gloria, por las gracias, bendiciones y milagros que va a ser concedidos por las Manos Ensangrentadas de Jesús en esta Novena.