La Visitación

Después de enterarse por el ángel Gabriel que daría a luz al Hijo de Dios, María fue a visitar a su prima Isabel, que también estaba embarazada de Juan el Bautista. De hecho, es precisamente en este episodio bíblico que nacieron dos hermosas oraciones marianas, es decir, el Ave María y el Magnificat. Por otro lado, este pasaje también corresponde a uno de los misterios gozosos del Santo Rosario para los católicos.

Pasaje bíblico de la visitación de María a su prima Isabel (Lucas 1:39-45)

“39 En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
42 exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
43 ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
44 Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
45 Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».”

Magnificat de María (Lucas 1:46-56)

“46 María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
47 y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
48 porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
49 porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
50 Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen.
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
52 Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
53 Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
54 Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
55 como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
56 María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.”

María compartió y transmitió su alegría

María se puso de camino para ayudar a su prima embarazada, y este no solo fue un momento de compartir y de comunión para estas dos mujeres, sino también para los dos hijos que llevaban en su vientre. Lo anterior nos permite entender que Dios es cercano, y que Jesús , aún en el vientre de su madre, ya había comenzado a interactuar con las personas que lo rodeaban.

Recordemos además que María sentía una profunda alegría, la cual dejó fluir a través de su alabanza a Dios, tan resplandeciente. Por esto, cuando llegó a casa de Isabel, no solo su prima sintió inmediatamente el toque de esta luz y del Espíritu Santo, sino también el bebé. De hecho, ese pequeño, qúe aún estaba en el vientre, se convertiría más adelante en Juan el Bautista y daría testimonio de este profundo gozo que se siente al tener intimidad con Jesús:  “Ustedes mismos son testigos de que he dicho: "Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él". En las bodas, el que se casa es el esposo; pero el amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oír su voz. Por eso mi gozo es ahora perfecto" (Juan 3:28-29)

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María acogió a Dios en su vida y supo dar gracias, de una manera estupenda. Por eso, nosotros también estamos llamados a alabar al Señor en cada momento de nuestras vidas. Hozana conoce la importancia de dar gracias a Dios y te ofrece diversas propuestas espirituales en línea para experimentar el milagro de la gratitud en tu corazón. Por ejemplo, te invitamos a:

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