En la Biblia, particularmente en el Evangelio de Lucas, se narra la anunciación, este bello suceso que nos hace vivir el misterio de la Encarnación. La anunciación es ese momento en el que el ángel Gabriel , enviado por Dios, vino a anunciar a María, aún virgen, que iba a dar a luz al Hijo de Dios, es decir, al tan esperado Mesías. Este pasaje bíblico testifica que Jesús, fue engendrado del Espíritu Santo y de la Virgen María, por lo tanto, es a su vez verdadero Dios y verdadero hombre, lo cual constituye un misterio central del cristianismo.
Tradicionalmente, la Anunciación se celebra el 25 de marzo, es decir, nueve meses antes del nacimiento de Cristo.
“26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
28 El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
29 Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
30 Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
32 él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
34 María dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
36 También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
37 porque no hay nada imposible para Dios»
38 María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el ángel se alejó.
Con esta frase el Ángel Gabriel saludó a María de una manera muy especial: invitándola a regocijarse con la noticia que estaba a punto de decirle. De hecho, el Señor, a través del ángel, trató de tranquilizar a María, sabiendo que una aparición, sobre todo acompañaad de esa declaración, podría asustarla.
¡No temas María, incluso alégrate! María fue invitada a alegrarse, sin importar lo increible o abrumadora que podría ser esta revelación para la vida de una joven tranquila, con una vida común y comprometida con José.
Tengamos presente que María, aunque no comprendía todo (de hecho hizo unas preguntas al Ángel sobre cómo sería esto), estaba segura de que este anuncio era una bendición, por lo que ella misma decidió decirlo a su prima Isabel, en el momento de la visitación, cuando pronunció su Magníficat : “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”.
No tengamos miedo, sino alegrémonos como María cuando Dios nos llame o nos haga una invitación, aunque esto nos moleste o cambie nuestros planes por completo.
El Fiat de María - "Hágase" - es la respuesta de Nuestra Señora al llamado del Señor. A decir verdad, su “Sí” la hizo abandonarse totalmente a la voluntad de Dios, con confianza y fe: esta fue la puerta que María abrió para que se cumplieran las Escrituras y se nos diera un salvador.
De hecho, permitimos que sucedan grandes cosas cuando nos entregamos a Dios y le damos prioridad a su voluntad y no a la nuestra. Miremos que Jesús también agogió la voluntad del Padre, con total aceptación y confianza, cuando estuvo en el Huerto de los Olivos, es decir, antes de vivir su Pasión: "Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42).
Tengamos presente que, cada vez que rezamos el Padrenuestro diciendo: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, se nos extiende la invitación para encomendarnos a la voluntad de Dios, y a pedirle la fuerza y la fe necesarias para poder acogerl sus designios en nuestras vidas.
Hozana te ofrece diferentes comunidades de oración y retiros espirituales en torno a María. En este orden de ideas, estamos invitados a disfrutar y sentir esta alegría de María que anunció el ángel Gabriel. Por ejemplo, puedes:
¡Ven y alégrate como María con Hozana!