Jesús en Getsemaní

Getsemaní es el nombre con el que se conoce al Huerto de los Olivos, el lugar donde Jesús se retiró a orar, acompañado de sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, horas antes de ser arrestado. El significado de "Getsemaní" en la Biblia es "prensa de aceite". De hecho, el relato del Evangelio de Lucas incluso revela que la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní fue tan intensa que: "(...) su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo” (Lucas 22:44).

Te invitamos a descubrir el relato de Getsemaní en el Evangelio de Mateo para entender mejor la instrucción que Jesús da a sus discípulos: "velen y oren".

Relato de Jesús en el huerto de Getsemaní según el Evangelio de Mateo

“36 Cuando Jesús llegó con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, les dijo: «Quédense aquí, mientras yo voy allí a orar».
 37 Y llevando con él a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse.
 38 Entonces les dijo: «Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí, velando conmigo».
 39 Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: «Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya».
 40 Después volvió junto a sus discípulos y los encontró durmiendo. Jesús dijo a Pedro: «¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una hora?
 41 Estén prevenidos y oren para no caer en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».
 42 Se alejó por segunda vez y suplicó: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad».
 43 Al regresar los encontró otra vez durmiendo, porque sus ojos se cerraban de sueño.
 44 Nuevamente se alejó de ellos y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
 45 Luego volvió junto a sus discípulos y les dijo: «Ahora pueden dormir y descansar: ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
 46 ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar” (Mateo 26-36-46)

"Hágase tu voluntad"

¿Por qué para Jesús fue tan difícil orar ese día? Jesús conocía la voluntad de Dios, pero a su alma le costaba aceptarla, pues sus emociones querían llevarlo a desobedecer a Dios, teniendo en cuenta que la voluntad del Padre era ser crucificado y llevar consigo pecado de la humanidad. Imagina el peso que sintió Jesús al recibir esta misión, sabiendo que el destino de toda la humanidad reposaba sobre sus hombros. Por otro lado, este pasaje también nos muestra que Jesús pudo haber rechazado el sufrimiento de la cruz, puesto que, como a todo hombre, Dios le dio el libre albedrío, sin embargo, Él aceptó la voluntad de Dios por amor a nosotros y a su Padre. De este modo, Jesús nos muestra que, aunque sintamos miedos o dudas ante la voluntad de Dios, debemos confesarlo al Señor y pedirle que nos fortalezca para aceptarla, de modo que sus designios se cumplan en nosotros.

Vigilen y oren

Jesús dio estas instrucciones a sus discípulos, al darse cuenta que se habían quedado dormidos en lugar de acompañarlo a orar. Acto seguido les explicó por qué debían hacerlo: “Estén prevenidos y oren para no caer en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:41). Esto nos hace entender que nuestra carne es pecaminosa por naturaleza, por lo que siente más atracción por el pecado. Por eso, Jesús nos explicó que la única manera de mantenernos firmes ante el pecado es velando y orando. Al respecto, Santiago dijo: “Sométanse a Dios; resistan al demonio, y él se alejará de ustedes” (Santiago 4:7). Orar como lo hizo Jesús no es solamente postrarse ante Dios, sino reconocer que su voluntad merece ser cumplida, y pedirle la gracia de poder aceptarla. Vigilar significa estar atentos a todo lo que nos rodea, porque hay muchas situaciones que nos pueden hacer caer. Si hacemos esto, Jesús nos asegura que tendremos la victoria sobre cualquier tentación que el diablo nos envíe. 

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