Como su nombre lo indica, la Última Cena es la última comida que Jesús compartió con sus discípulos antes de ser arrestado. En ese momento Jesús estaba sentado a la mesa con sus 12 apóstoles, incluyendo a Judas el traidor. La Biblia dice que mientras comían, Jesús tomó el pan, lo partió y dio de comer a cada uno. Cabe destacar que los cristianos conmemoran esta última cena en cada misa, especialmente el Jueves Santo, durante la semana santa que precede a la Pascua.
“12 El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?».
13 Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo,
14 y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?».
15 El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario».
16 Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
17 Al atardecer, Jesús llegó con los Doce.
18 Y mientras estaban comiendo, dijo: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo».
19 Ellos se entristecieron y comenzaron a preguntarle, uno tras otro: «¿Seré yo?»
20 Él les respondió: «Es uno de los Doce, uno que se sirve de la misma fuente que yo.
21 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!».
22 Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo».
23 Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
24 Y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.
25 Les aseguro que no beberá más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.
Durante la celebración de la Eucaristía, el sacerdote retoma las palabras que Jesús dijo a sus discípulos. De este modo, los cristianos conmemoran esta última comida con Cristo antes de su arresto, crucifixión y resurrección:
“26 Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi Cuerpo».
27 Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, diciendo: «Beban todos de ella
28 porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados” Mateo 26:26-28).
Juan nos dice que Jesús lavó los pies de sus apóstoles durante la última cena. Jesús, sabiendo que su arresto era inminente, nos dejó un mensaje de humildad y caridad, al decir:
“Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor. Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve. (Lucas 22:26-27)
En cada misa, revivimos ese poderoso momento que Jesús pasó con sus apóstoles y podemos tener un encuentro con su presencia. De hecho, Hozana te ofrece la oportunidad de acercarte a Jesús mediante los Evangelios, pues ellos nos ayudan a conocer mejor a Cristo hecho hombre. Por ejemplo, puedes explorar diferentes comunidades para recibir los Evangelios del día, en forma de audio o escritos, con una meditación o un comentario de un líder espiritual: ¡elige la que más se ajuste a tus necesidades!
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