Quizá te estás preguntando ¿qué es exactamente la Palabra de Dios? Podemos responder que es lo que Dios dice. Sin embargo, ¿cómo sabemos que Él es quien habla si no podemos verlo? La respuesta es sencilla: "por fe". De hecho, gracias a la fe creemos que la Biblia es la Palabra de Dios revelada a los hombres. En la epístola a los romanos, la Biblia responde a este interrogante afirmando lo siguiente: “¿Pero qué es lo que dice la justicia?: La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, es decir la palabra de la fe que nosotros predicamos.” (Romanos 10:8). Te invitamos a descubrir a continuación cuál es la palabra que viene de Dios y los beneficios que trae a nuestras vidas.
Como creyentes sabemos que todas las Escrituras fueron inspiradas por el Espíritu Santo y que el Señor utilizó a varios autores (Moisés, el rey Salomón, los cuatro evangelistas, el apóstol Pablo...) para redactar los textos bíblicos que incluyen tanto los libros del Antiguo, como los del Nuevo Testamento. En ese orden de ideas se considera que las Escrituras son la Palabra de Dios al ser inspiradas por Él mismo, y que Dios nos habla a través de ellas. Sin embargo, no podemos olvidar que en algunas ocasiones Dios también se manifiesta a nosotros directamente a través de profecías o mensajeros celestiales.
Tengamos en cuenta que durante la época del antiguo pacto o alianza, solamente los profetas podían escuchar la Palabra de Dios. De hecho, ellos eran los encargados de comunicar los mensajes divinos a los reinos y naciones en los cuales habían sido designados como tal. Cabe destacar que cuando los profetas tenían que hablar en el nombre de Dios, comenzaban sus discursos diciendo: “Así dice el Señor” para indicar que lo que decían no provenía de ellos, sino de la misma boca de Dios.
Además, la Biblia nos muestra que Dios también puede comunicar su mensaje a los hombres a través de los ángeles, como sucedió con Jacob y Gedeón, a quienes se les aparecieron estos seres celestiales para anunciarles la Palabra de Dios.
[community-card id=7734]
Las palabras que Jesús anunció no venían de Él mismo, sino del Padre Celestial que las inspiró. Porque escrito está: “Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único,
que está en el seno del Padre. (Juan 1:18). De hecho, Jesús vino a este mundo no solo para darnos a conocer al Padre, sino también al reino de Dios, de modo que todo aquel que crea en Él tenga acceso a la vida eterna.
El prólogo del Evangelio de Juan presenta a Jesús como el Verbo hecho carne. De este modo, la Palabra de Dios no es solo la Biblia y todo lo que está escrito en ella, sino también Jesús, el Hijo perfecto de Dios. Por eso Él mismo dijo que es la verdad, puesto que al ser la Palabra de Dios, automáticamente también es la verdad perfecta. En ese sentido, conocer la verdad es la respuesta que Jesús nos muestra para salir de la esclavitud del pecado.
En el Evangelio de Mateo, Jesús dice: “(...) «Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"». (Mateo 4:4). Esto quiere decir que la palabra de Dios es un alimento para el hombre. Por eso Jesús volvió a decir en Juan 8 que él es el pan de vida, es decir, que su cuerpo constituye un alimento que asegura la vida eterna a todo aquel que coma de él.
La Palabra de Dios es viva y eficaz… En el Nuevo Testamento, Jesús nos hace un llamado a seguirle. De hecho, Él mismo nos recuerda que es el Cristo que tanto esperamos, el salvador, la luz del mundo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el buen pastor, entre otros... Además, en múltiples ocasiones las Escrituras dicen que Jesús volverá para llevarse a su iglesia, es decir, a todos los creyentes que crean y perseveren en la fe en Dios.
“Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él.” (Proverbios 30:5)
“¿No es mi palabra como fuego –oráculo del Señor– como martillo que pulveriza la roca?” (Jeremías 23:29)
“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella etra hasta la rpenaíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12)
“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios.” (2 Corintios 1:3-4)
“El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.” (Juan 6:63)
“Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.” (2 Timoteo 3:16-17)
“Así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.” (Isaías 55:11)
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35)
En Hozana, descubre diferentes maneras de nutrirte diariamente de la Palabra de Dios. Te invitamos a descubrir las numerosas propuestas en torno a la Biblia y los Evangelios para que te sumerjas en la lectura de la Palabra y en la oración. Por ejemplo, puedes:
¡Ven y descubre la Palabra de Dios con Hozana!