Cuando Jesús les preguntó: “«Y ustedes, ¿quién dicen que soy?»” (Mateo 16:15), Simón Pedro respondió diciendo: “(...) «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»” (Mateo 16:16). Seguro que tú también en alguna ocasión te habrás hecho estas preguntas: ¿Acaso Jesús es Dios?, ¿es Él el Hijo de Dios? o ¿se trata de un profeta como los demás?
Te invitamos a descubrir la Palabra de Dios, por medio de la cual Jesús se muestra a nuestras vidas, para que conozcas lo que significa ser "Hijo de Dios". Además, queremos presentarte el testimonio de algunos personajes bíblicos que conocieron a Jesús.
En primer lugar, debemos saber que el reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios no proviene de un conocimiento intelectual, o de un razonamiento lógico, sino de una revelación del propio Padre. De hecho, cuando Pedro testificó que Jesús es el Hijo de Dios, Jesús respondió diciendo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo” (Mateo 16:17)
Jesús decía que era el Hijo de Dios y esto causaba comportamientos hostiles de parte de los fariseos hacia Él. Ciertamente está escrito: “¿Cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean” (Juan 10:36-37) Así que, cuando nos preguntamos por qué debemos creer que Jesús es el Hijo de Dios, el Señor nos pide que miremos las obras que hace.
“Él permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó nuevamente: «¿Eres el Mesías, el Hijo de Dios bendito?». Jesús respondió: «Así, yo lo soy: y ustedes verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo»” (Marcos 14:61-62).
“Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios” (Juan 1:34).
“Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel»” (Juan 1:49).
“Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo»” (Juan 11, 27).
“Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo»” (Mateo 17:5).
“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” (Lucas 1:31-32)
“Al ver a Jesús, comenzó a gritar, cayó a sus pies y dijo con voz potente: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? Te ruego que no me atormentes»” (Lucas 8:28)
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, les enseñó a decirle “Padre” a Dios. Siguiendo este modelo, debemos entender que cuando creemos en Jesús, Dios se convierte inmediatamente en Nuestro Padre. A decir verdad, Jesús se reveló como el Hijo de Dios para mostrarnos que es posible tener una relación de amor con Dios, como la de un padre con su hijo.
Dios nos ha enviado a su Hijo para que conozcamos su rostro. De hecho, Jesús vivió en nuestro mundo, teniendo una vida como la nuestra y enseñándonos la Palabra de Dios, para demostrarnos su cercanía con el Padre. Hozana te propone diversos retiros y comunidades de oración para profundizar en esta relación con Jesús, el Hijo de Dios. Por ejemplo, te invitamos a conocerlo mejor mientras meditas cada mañana el Evangelio del día o mientras descubres algunas preguntas que te llevarán a identificar y cumplir el propósito de cristo en ti. También te proponemos poner a Jesucristo en el centro de tu vida mediante esta comunidad de oración, para que te cambie y te haga vivir siguiendo sus pasos. Por último, te proponemos hacer parte de esta comunidad en línea para acercarte al amor redentor de Jesús, que es infinito e incondicional.
¡Ven, ora y sigue a Jesús con Hozana!