Jesús
Jesús de Nazareth, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, Salvador, Redentor, Mesías, verbo encarnado… Existen muchos nombres y títulos que han sido asignados a Jesucristo, y en alguna medida, todos hemos escuchado o leído alguna vez sobre este gran hombre. No obstante, para muchas personas Jesús es solo un personaje histórico, y se desconoce su mensaje y misión en este mundo. ¿Y tú, te has preguntado alguna vez quién es realmente Jesús? Para los Musulmanes, Jesús es visto como un profeta, el judaísmo también reconoce su existencia y los historiadores a menudo lo identifican como un personaje histórico. Sin embargo, para los cristianos, Jesús es una figura central del cristianismo y la segunda persona de la trinidad. Además, en las sagradas escrituras se puede ver que Él es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6).
En el nuevo testamento, concretamente en los Evangelios de la Biblia (Evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan) podemos encontrar relatos y referencias de la vida de Jesús: su nacimiento o natividad, que sucedió de manera milagrosa a través de la Virgen María en la ciudad de Belén, su presentación en el templo según la tradición judía, su bautismo que se llevó a cabo en el río Jordán por Juan el Bautista, los milagros que hizo después de este gran acontecimiento, su última cena con sus discípulos antes de vivir la pasión en Getsemaní, pero sin duda alguna, el hecho que marcó, no solo el curso de la historia, sino nuestras vidas, fue su y muerte y resurrección, para darnos salvación y vida eterna.
Después de ser bautizado, Jesús comenzó a hacer muchos milagros y prodigios, que quedaron consignados en la Biblia, y de los cuales se habla incluso en la actualidad. De hecho, Dios el Padre confirmó o reveló su poder a través de las obras que Jesús realizó en la tierra, que no sólo sirvieron para demostrar que Él era el hijo de Dios, sino también para glorificar al Padre. Jesús fue lleno del Espíritu Santo e hizo muchos milagros impresionantes: sanó a muchos enfermos, resucitó a Lázaro de la muerte, caminó sobre las aguas, convirtió el agua en vino en las bodas de Caná, multiplicó los panes y los peces… Pero no sólo esto, también nos comunicó el mensaje del padre a través de parábolas, tomando ejemplos de la vida cotidiana para presentar las verdades del Reino de los Cielos.
Jesús vino a este mundo no sólo para darnos salvación, sino para mostrarnos que Él es cercano y puede venir a nuestro encuentro, donde quiera que estemos, pero es necesario que estemos abiertos a su encuentro, para acogerlo y saber reconocerlo en nuestras vidas. Para orar a Jesús, podemos, hablarle directamente con palabras sencillas, o rezarle hermosas oraciones que están asociadas a devociones específicas: la oración de Jesús, las letanías al santo nombre de Jesús, las letanías al sagrado corazón de Jesús, la novena al sagrado corazón de Jesús, o incluso, la novena a la Divina Misericordia, para que te dejes inundar por su amor infinito. ¡Ven y descubre a Jesús y déjalo estar en el centro de tu vida con las propuestas espirituales que Hozana tiene para ti!