Virgen María
"Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa" (Juan 19:26-27). Para los cristianos católicos, la devoción a la Santísima Virgen María y el Santo Rosario son esenciales en sus vidas. La Virgen María, además de ser la esposa de San José, la madre de Jesús y de los hombres, es la primera discípula del Mesías y un modelo de fe para nosotros. Esto se debe a que su vida estuvo marcada por la entrega total a la voluntad de Dios. Por esta razón, confiemos nuestras intenciones a la Reina del Cielo, a la Inmaculada Concepción, para que las ponga a los pies de su Hijo. Pidámosle su poderosa y maternal intercesión rezando las oraciones a la Virgen: la oración de consagración, la oración de la mañana y de la noche a la Virgen, el Magnificat, el Ave María… Cuando pedimos la intercesión de la Virgen, es a Cristo a quien rezamos. No dudemos en abrir nuestro corazón a María, rezándole una oración diaria, una novena o un rosario, para que podamos recibir las gracias que ella quiere derramar sobre nuestras vidas.
“Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lucas 2:19). María representa la paciencia y la confianza total en Dios, pues ella sabe que el plan de Dios es bueno, incluso en medio de la incertidumbre y de las pruebas que se nos presentan. De hecho, al ser una madre buena que sabe todo sobre sus hijitos, ella nos acoge, alivia nuestras heridas, nuestros miedos, y desata los "nudos" de nuestras vidas. Existen muchas novenas y oraciones que nos permiten confiarle nuestras intenciones, especialmente la novena a María, Virgen desatanudos.
Debemos tener presente que, la Virgen María escucha nuestros sufrimientos físicos, psicológicos o emocionales. Además, en su corazón también hay una gran compasión por los enfermos. No olvidemos que nuestras oraciones nunca son en vano, pues nuestra Madre Celestial nos escucha y obtiene gracias (consuelo, alivio, fortaleza, curación…) para todos los afligidos... Confiemos a la Virgen de Lourdes todo aquello que nos duele en nuestros cuerpos o en nuestras almas.
A lo largo de los siglos se han desarrollado diversas devociones marianas, las cuales en su mayoría surgieron luego de las apariciones de la Virgen María. Es importante tener en cuenta que, al hacer oraciones y novenas a la madre de Jesús, también rezamos a su Hijo, por medio de la intercesión de María. Por otro lado, cada devoción mariana nos permite conocer un poco más el dulce rostro de la Virgen y los cuidados que ella da a sus hijos. Hozana te invita a descubrir lo cerca que está la Virgen María de nosotros, a través de las oraciones a la Virgen de Fátima, la Virgen de Guadalupe, la Virgen de Medalla Milagrosa, la Virgen del Perpetuo Socorro...
El "Sí" de esta joven doncella permitió que se cumpliera el plan de redención de Dios para el hombre. En otras palabras, la Virgen María abrió el camino hacia el Señor, y sigue estando ahí, a nuestro lado, para darnos su guía y amor maternal. Hozana te ofrece diferentes propuestas para aprender a decir “sí” en la escuela de María, y esto lo puedes hacer solo algunos días, semanas o meses. También podemos rezarle diariamente para que ilumine nuestras vidas y los caminos que emprendemos.
Las oraciones del rosario nos permiten vivir un momento de interioridad y llevar nuestras intenciones al Señor, a través del rezo del Ave María y del Padre Nuestro. Además, el Santo Rosario, nos invita a meditar los episodios de la vida de Jesús a través de los ojos de María, para poder entrar en los misterios de la fe cristiana.