El Santo Rosario o Rosario, es una oración tradicional católica que tuvo su origen en la devoción mariana, además, es una oración muy fomentada por el Magisterio de la Iglesia Católica. De hecho, el Santo Rosario es como una corona de rosas (de ahí su nombre: rosarium) que se ofrece a la Virgen María. Sin embargo, debemos saber que María no es el objetivo de nuestra oración, sino la que nos guía hacia su hijo, a través de la meditación de los misterios (que son los episodios de la vida de Jesús). En otras palabras, a través de esta oración, los católicos contemplan el misterio de la vida de Jesús mientras confían sus intenciones a la Santísima Virgen María.
"El Rosario es mi oración preferida. Oración maravillosa en su sencillez y en su profundidad. Recitar el Rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo". (San Juan Pablo II)
Es una oración que se reza meditando en los misterios sobre la vida de Nuestro Señor Jesús y de la Virgen María. Anteriormente solo se meditaba en tres series de misterios: gozosos, dolorosos y gloriosos (también conocidos como Salterio de María), pero en el año 2002, el Papa Juan Pablo II introdujo otra serie de misterios llamados los misterios luminosos.
A decir verdad, el rosario nos permite recapitular los acontecimientos principales de la vida de Cristo (llamados misterios) y acogerlos en nuestros corazones, como lo hizo su santa madre María. Al dejarnos penetrar por ellos, por medio de la intercesión de la Virgen María, estamos pidiendo al Señor que permita que los frutos de estos misterios florezcan en nosotros. Por consiguiente, este rezo es una mezcla de oración (recitación de oraciones) y de meditación (contemplación de los misterios).
Además del Rosario meditado, es posible incluir una intención particular al rezo del rosario, es decir, podemos hacer un rosario por la paz, un rosario por las almas del purgatorio, un rosario por las vocaciones, etc.
Esta oración se reza utilizando un “rosario”, es decir, un instrumento (que lleva su mismo nombre) generalmente en forma de collar, que está formado por una serie de cuentas o perlas. El rosario original posee 5 decenas (5 series de 10 cuentas separadas por una perla de diferente tamaño) y un extremo compuesto de 5 cuentas y una cruz. Cada cuenta (o perla) corresponde a una oración que se debe rezar: se comienza por la cruz y luego se le recorre el resto del rosario hasta haberlo completado, como sigue:
Mientras sostienes la cruz, haz la señal de la cruz y reza el Credo.
Mientras recorres las 5 cuentas (perlas) del extremo, reza 1 Padre Nuestro, 1 Ave María y 1 Gloria al Padre.
En cada decena, reza 1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria al Padre.
Para concluir cada decena, además del Gloria al Padre, podemos rezar la oración de Fátima: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.
Al comenzar cada decena, es necesario anunciar el misterio en el que medita, ya que esto nos permite sumergirnos en él. Para esto, podemos contemplar una imagen que lo represente o leer un pasaje del evangelio que se relacione con el misterio en el que se medita, también podemos simplemente imaginarnos a Jesús viviendo este acontecimiento. De hecho, mientras se rezan los 10 Ave Marías, nos sumergimos en este misterio; la repetición de las Avemarías nos ayuda a mantener la mente en ese estado de oración meditativa, si las rezamos lentamente.
Debemos tener en cuenta el apartar el tiempo para la meditación. Es mejor rezar menos misterios, pero haber tenido tiempo de meditarlos bien para poder cosechar los frutos.
Aunque podemos, por supuesto, rezar el Rosario cuando queramos, no siempre tendremos tiempo para rezarlo en su totalidad, puesto que es una oración larga, aunque muy hermosa. De hecho, existen dos maneras de rezar un Rosario:
Podemos rezar el Rosario completo, meditando en las 4 categorías de misterios, es decir, 20 misterios en total (5 Misterios Gozosos,5 Misterios Luminosos, 5 Misterios Dolorosos y 5 Misterios Gloriosos)
Sino, también es posible rezar solamente los 5 Misterios del día, es decir, una sola categoría de misterios.
Para ser más claros, cada categoría de misterios corresponde a diferentes días de la semana, como sigue:
Misterios gozosos: lunes y sábado (y los domingos de Adviento)
Misterios luminosos: jueves
Misterios dolorosos: martes y viernes (y los domingos de Cuaresma)
Misterios gloriosos: miércoles y Domingo
Esta, es una distribución que puede ayudarnos a entrar en una práctica regular del Rosario; la regularidad de las meditaciones de un misterio nos permite nutrirnos cada vez más de él. ¡Nunca terminamos con un misterio! También podemos dejar que el Espíritu Santo nos guíe a elegir los misterios que vamos a meditar.
El mes de octubre es tradicionalmente el mes del Rosario. De hecho, celebramos a Nuestra Señora del Rosario el 7 de octubre.
Hozana te ofrece una descripción detallada de los misterios del Rosario y sus frutos. Puedes consultar esta información haciendo clic aquí.
“El Rosario es la oración que acompaña siempre mi vida, es también la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”. (Papa Francisco)
“Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.” (Mateo 17:2)
El episodio evangélico de la transfiguración de Cristo, en el que los tres apóstoles Pedro, Santiago y Juan parecen estar encantados con la belleza del Redentor, puede considerarse un ícono de la contemplación cristiana. Es deber de todo discípulo de Cristo fijar sus ojos en el rostro de Cristo, reconocer el misterio de su rostro en el camino ordinario y doloroso de su humanidad, hasta percibir el esplendor divino, que fue manifestado de manera evidente en el Resucitado glorificado a la diestra del Padre; por lo tanto, este también es nuestro deber. Contemplando este rostro, nos preparamos para acoger el misterio de la vida trinitaria, para siempre experimentar de nuevo el amor del Padre y para disfrutar de la alegría del Espíritu Santo. De esta manera las palabras de San Pablo se hace realidad en nosotros: [“Nosotros, en cambio, con el rostro descubierto, reflejamos, como en un espejo, la gloria del Señor, y somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso, por la acción del Señor, que es Espíritu.” (2 Corintios 3:18)] (Juan Pablo II)
“El Rosario nos permite contemplar la vida de Cristo y los momentos más importantes relacionados con la vida de su Madre. Es un maravilloso álbum familiar que pasa de la alegría al sufrimiento y termina con una luz deslumbrante: la Resurrección." (Padre Guy Gilbert)
“Decir paz en sentido humano y cristiano significa la penetración en las almas de aquel sentido de verdad, de justicia, de perfecta fraternidad entre las gentes, que disipa todo peligro de discordia, de confusión, que armoniza la voluntad de todos y de cada uno sobre las huellas de la doctrina evangélica, mediante la contemplación de los misterios de Jesús y de María, convertidos en algo familiar a la devoción universal; sobre el esfuerzo de cada alma, de todas las almas, hacia la práctica perfecta de la ley santa, que, regulando los secretos del corazón, rectifica las acciones de cada uno hacia el cumplimiento de la paz cristiana, delicia del vivir humano, gusto anticipado de los goces imperecederos y eternos.” (Juan XXIII)
"Si queréis que la paz reine en vuestras familias y en vuestra patria, rezad todos los días el Rosario con todos los de casa: el Rosario es el resumen perfecto del Evangelio y da paz a todos los que lo recitan... Amad el Rosario, rezadlo todos los días." (San Pío X)
Si bien es cierto que a través del Rosario tradicional se meditan los misterios de Cristo y de la Virgen María, también existen otras formas de rezarlo. De hecho, hay oraciones del Rosario que tienen intenciones muy específicas. Esas formas especiales de Rosario, que son muy particulares, se conocen como “coronillas”. La diferencia entre las coronillas y el Rosario tradicional radica en el hecho que las coronillas tienen una devoción o intención particular. Lo anterior, debido a que El Rosario ha sido muy popular durante varios siglos y esto ha ha llevado a la diversificación de sus formas. Por esta razón podemos, por ejemplo:
Rezar el rosario para pedir la intercesión de un santo: la coronilla a San José, la coronilla a San Miguel, etc.
Rezar el Rosario para comprender mejor el don de Cristo: la coronilla a la Divina Misericordia, la coronilla al Santísimo Sacramento, etc.
Rezar el rosario para invocar al Espíritu Santo: la coronilla al Espíritu Santo.
Rezar el rosario para obtener la sanación o para ser liberado de algo: la coronilla de liberación
Rezar el Rosario en línea: podemos rezar en comunión con otros cristianos a través del Rosario de Hozana.
Por último, debemos saber que al ser una forma particular del Santo Rosario, a veces, muchas personas llaman Rosario a las coronillas, las cuales son, en términos sencillos, un tipo o categoría de Rosario. Esta práctica se ha popularizado y actualmente casi no se hace la diferencia entre un término y el otro. En resumen, hacemos la salvedad y decimos que una coronilla es un Rosario “especial” que porta una devoción o intención específica.
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