San Miguel Arcángel

San Miguel es, junto a San Gabriel y San Rafael, uno de los principales arcángeles del antiguo y nuevo testamento. En hebreo, su nombre significa "¿quién como Dios?". En otras palabras, "¿quién dice ser igual a Dios?". La intercesión de San Miguel Arcángel es poderosa, pues él es el jefe del ejército del Señor contra Satanás, y nos da la fuerza y el coraje en nuestra lucha contra el mal. No dudemos en rezarle, como la iglesia nos invita a hacerlo.

Oración del papa León XIII a San Miguel arcángel defensor

“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímelo, oh Dios, pedimos suplicantes,
y tú príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder
a satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Papa Léon XIII

¿Por qué rezar a San Miguel Arcángel?

El extraordinario poder de San Miguel

En el libro de Apocalipsis, San Juan tiene una visión del arcángel San Miguel matando al dragón durante una gran batalla celestial: “Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y este contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo" (Apocalipsis 12:7-8). San Miguel es pues “el jefe del ejército del Señor” (Josué 5:14), el cual, “fuerte en la lucha, ganó la victoria” contra Satanás y los demonios (Breviario romano). De este modo, su fuerza, méritos y amor por Dios superan los de los demás ángeles.
De la misma manera que las oraciones de los santos nos salvan, la intercesión de San Miguel es poderosísima. Por eso San Alfonso de Ligorio nos invita a rezarle: “"Si es conveniente en todo momento rezar a San Miguel, ¿no es necesario en este momento recurrir a su poderosa intercesión, pedir a este glorioso conquistador de Lucifer, a este portador de la bandera de Cristo, que defienda a la Iglesia, y a nosotros mismos, en la terrible y atroz lucha de los enemigos de Dios contra la religión y nuestras almas?”. Por consiguiente, podemos pedir la ayuda de San Miguel para la Iglesia y las causas públicas, así como para nuestras necesidades particulares.

San Miguel, guardián de la iglesia y santo patrono de la Infantería y del Ejército

En el Antiguo Testamento, se describe a San Miguel como “el ángel de Dios, que marchaba delante de Israel” (Éxodo 14:19). Él es enviado por Dios para que “proteja [al pueblo] en el camino y [le] conduzca hasta el lugar que [le] he preparado” (Éxodo 23:20). Esta misión atribuida por Dios al arcángel lo convierte, por un lado, en protector del pueblo de Dios, es decir, de la Iglesia, y por otro, en el defensor de las naciones.
San Miguel es el patrono de diversos oficios, del ejército, la infantería y la policía. De hecho, los paracaidistas militares franceses y de otros países buscan también su protección.

San Miguel, defensor de nuestras almas

Además, la Iglesia Católica reconoce a San Miguel como el ángel a quien Dios ha confiado la misión de llevar las almas al paraíso: “El arcángel Miguel vino con multitud de ángeles. Dios le confió las almas de los santos para que los conduzca al gozo del paraíso” (Breviario Romano). Por tanto, podemos, con todos los creyentes, dirigir esta invocación a San Miguel: “San Miguel arcángel, defiéndenos en la lucha, para que no perezcamos en el terrible juicio” (Misal Romano).
De este modo, San Miguel puede ayudarnos de manera especial en el momento de nuestra muerte, pero también en nuestra lucha contra el enemigo a lo largo de nuestra vida, razón por la cual nuestras oraciones pidiendo la liberación y la protección están dirigidas a él. De hecho, Dios mismo da a sus ángeles la misión de guardarnos en nuestros caminos. “Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra”(Salmos 91:12).

¿Cuándo y como rezar a San Miguel?

Oración a San Miguel para todos los días

Durante casi un siglo, se rezaba una oración a San Miguel Arcángel al final de cada misa. En 1886, el papa León XIII lo estableció de este modo, y más tarde, la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II suprimió esta práctica. Sin embargo, el santo padre Juan Pablo II recomendó encarecidamente “la práctica diaria de la oración al Arcángel Miguel, establecida por León XIII”.

“San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímelo, oh Dios, pedimos suplicantes, y tú príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Además, podemos optar por consagrarnos personalmente o en familia a San Miguel, y renovar esta consagración cada día.

Reza en la fiesta de San Miguel Arcángel

La fiesta a San Miguel se celebra varias veces al año. De hecho, la fiesta principal es la de los santos arcángeles, que se celebra el 29 de septiembre. Para esta ocasión, podemos rear varias de sus oraciones, por ejemplo, la oración de consagración, o el pequeño exorcismo de León XIII.
Por otro lado, debemos saber que San Miguel también se celebra el 8 de mayo, día de su aparición en el monte Gargano (en esta ocasión se canta un himno especial).

Reza a San Miguel con Hozana

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Además de esto, puedes rezar cada mañana al Señor, o pedir la intercesión de los santos ... ¡Descubre las comunidades de Hozana y únete a ellas!

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