“He aquí el corazón que tanto ha amado a los hombres y que recibe a cambio tantas ingratitudes”. Estas son las palabras de Jesús a santa Margarita María. El corazón sagrado de Jesús es el lugar del amor infinito de Dios por la humanidad. Cristo en sus apariciones a santa Margarita María habría pedido que todos le oremos con fervor. Así pues, a todos aquellos que le dirigen sus oraciones, él les promete gracias, paz y consolación: son las 12 promesas de Jesús. A continuación, tres bellas oraciones escritas por santos al sagrado corazón de Jesús.
La ambición de la santidad es fundirse en el corazón de Jesús; así, a través de los siglos, muchos santos han rezado para entregarse al Señor.
“Sagrado corazón de Jesús, enséñame el perfecto olvido de mí mismo, porque es la única vía por la cual podemos entrar en ti. Porque todo lo que yo haré en el futuro, será para ti, ayúdame a conseguir que no haga nada que no sea digno de ti; enséñame lo que debo hacer para alcanzar la pureza de tu amor, del cual has inspirado mi más profundo deseo. Siento en mí una gran voluntad de agradarte, y una gran impotencia de hacer frente a las dificultades, sin la luz y el socorro especial, que no puedo encontrar fuera de ti. Haz en mí tu voluntad Señor; en mi interior, a veces me opongo, lo sé muy bien, pero quisiera realmente no oponerme: tienes toda la potestad de hacer lo que dispongas, divino corazón de Jesucristo, sólo tú tendrás toda la gloria de mi santificación, si logro llegar a la santidad; esto se me revela más claro que el día; por lo cual será para ti una gran gloria, y es solamente por eso que quiero desear la perfección. ¡Que así sea ! ”
"Yo, (pon aquí tu nombre), me doy y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y mi vida, mis oraciones, penas y sufrimientos, para no querer servirme de ninguna parte de mi ser, sino para honrarlo, amarlo y glorificarlo. Es mi voluntad irrevocable ser toda de Él y hacer todo por su amor, renunciando de todo corazón a todo lo que pueda disgustarle. Yo os tomo, pues, Oh Sagrado Corazón, por el único objeto de mi amor, el protector de mi vida, la seguridad de mi salvación, el remedio de mi fragilidad y de mi inconstancia, el reparador de todos los defectos de mi vida, y mi asilo en la hora de mi muerte. Sed, por tanto, ¡Oh Corazón de bondad! mi justificación para con Dios vuestro Padre, y alejad de mí los rayos de su justa cólera. ¡Oh Corazón de amor! Yo pongo toda mi confianza en ti, pues todo lo temo de mi malicia y de mi debilidad, pero todo espero de vuestra bondad. ¡Extinguid pues en mí todo lo que os pueda desagradar o resistir! Que vuestro puro amor os imprima con tanta presteza en mi corazón que no pueda jamás olvidaros, ni estar separada de ti, a quien conjuro, por todas vuestras bondades, que mi nombre sea escrito en ti, pues yo quiero hacer construir mi gloria en vivir y morir en calidad de esclava vuestra. Amen".
"¡Oh Corazón de mi amantísimo Jesús! ¡Corazón dignísimo de toda mi adoración y amor! Yo, (pon aquí tu nombre), inflamado en el deseo de compensar y borrar tantas y tan graves injurias cometidas contra ti, y para huir, cuanto está de mi parte, el vicio de ingratitud, te entrego y consagro del todo mi corazón con todos sus afectos, y a mí mismo con todo cuanto soy enteramente. Protesto que es mi deseo puro y sincero olvidarme del todo desde esta hora y momento de mí mismo y de todas mis cosas, para que, quitados todos los impedimentos, pueda entrar en tu sacrosanto Corazón, que con singular misericordia me has abierto, y habitar en él vivo y muerto con tus fieles siervos".
Este corazón que representa el don infinito de Dios y el amor misericordioso de Cristo por los hombres es, sobretodo, un refugio seguro y apacible en nuestras pruebas. De hecho, el sagrado corazón de Jesús es objeto de una fuerte devoción y muchos católicos le ofrecen su jornada, sus familias, y en general, sus vidas a través de las oraciones de consagración, donde recitan una oración de reparación para consolar ese corazón que tanto ha sufrido. Asimismo, es posible rezarle al corazón de Jesús por medio de la novena al sagrado corazón de Jesús y las letanías al sagrado corazón de Jesús.
Únete a la comunidad de la novena al sagrado corazón de Jesús y encomiéndate a ese corazón ardiente de amor.
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