En 1884, el Papa León XIII escribió una oración a San Miguel Arcángel. En 1886, esta se rezaba al final de cada misa, y poco después, en 1964, la reforma litúrgica del Vaticano II la suprimió por completo. A pesar de esto, la oración a San Miguel sigue siendo muy conocida hoy en día. De hecho, los papas Juan Pablo II y Francisco han motivado a los católicos a seguir rezándola, con el fin que la iglesia y los hombres sean respaldados en su lucha contra el mal.
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímel, oh Dios, pedimos suplicantes,
y tú, príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.”
En 1884, al final de una misa, el Papa León XIII levantó repentinamente la cabeza, su rostro estaba paralizado y transformado, y sus ojos miraban fijamente algo. Después de unos minutos de éxtasis, el soberano pontífice finalmente recobró el sentido y abandonó la iglesia. Media hora después, llamó al secretario de la congregación que se encargaba de los ritos, le entregó la oración a San Miguel que acababa de escribir, y le pidió que la distribuyera a todos los obispos de la Iglesia. En 1884, la oración fue establecida oficialmente, y, tanto el párroco como la asamblea la rezaban al final de cada misa.
Pero ¿Qué vio el papa León XIII que lo inspiró a hacer esta oración, y a que quisiera que se rezara en cada celebración eucarística? Su visión ha quedado plasmada en varias obras, en particular en “La conjuration anti chrétienne” (La conjuración anticristiana en español) de Mons. Henri Delassus. Allí, el Papa León XIII describió un intercambio entre dos voces, la de Dios y la de Satanás, el cual estaba convencido de que en poco tiempo podría destruir la Iglesia. Luego tuvo una "terrible visión del infierno" y, al final, vio a San Miguel Arcángel interviniendo, luego que se multiplicaran las oraciones que los fieles le dirigían.
Mediante la amplia difusión de su oración a San Miguel, y la institución de su rezo al final de cada misa, el Papa León XIII quiso comunicar a todos los creyentes la urgencia de orar con fervor por la conversión de las almas y la victoria de ejército del Señor contra el de Satanás, el cual está tan activo en todo el mundo. ¿Qué esperamos para pedir la protección e intercesión de San Miguel?
En 1964, el Papa Pablo VI retiró de la nueva liturgia del Concilio Vaticano II varias oraciones que se recitaban, en ese entonces, al inicio y al final de la misa. La oración del papa León XIII a San Miguel fue una de ellas. Desde entonces, si bien no ha sido instituida nuevamente, los papas Juan Pablo II y Francisco han motivado a los cristianos a rezar frecuentemente esta oración, “para obtener ayuda en la lucha contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo”. (Juan Pablo II)
San Miguel, al ser un poderoso arcángel santo, es invocado en muchas situaciones: durante los exorcismos, para consagrarse a él, etc. Por ejemplo, en Francia, se le reza por la nación, e incluso, por regimientos franceses de paracaidistas. Además de esto, la fiesta a San Miguel se celebra el 29 de septiembre, y, para esta ocasión, se organizan varias novenas. Por ejemplo, la novena a San Miguel y a los nueve coros de ángeles.
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