San Marcos
El Evangelio de Marcos es el segundo libro del Nuevo Testamento, después del Evangelio de Mateo y antes de Lucas. De hecho, aunque es el evangelio más corto, se dice que fue el primero en ser escrito, hacia el año 55-68 d.C. Por otro lado, debido a que los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas presentan varias similitudes, se les conoce como evangelios sinópticos.
Te invitamos a descubrir a continuación la particularidad de la buena noticia que anunció el evangelista Marcos en su libro.
Estructura del Evangelio de Marcos
Ministerio de Juan el Bautista y bautismo de Jesús
En el primer capítulo, Marcos presenta a Jesús como el Cristo, es decir, como el Hijo de Dios. Luego retoma los escritos de Isaías, en el Antiguo Testamento, para mostrar que Juan era el mensajero que tenía como misión preparar el camino para la venida de Jesucristo.
El ministerio de Jesús en Galilea
Del capítulo 1 al 7 vemos cómo Jesús enseñaba a las multitudes, sanaba a los enfermos, liberaba a los endemoniados y daba de comer a las multitudes de Galilea: ¡ese es un gran resumen de su ministerio terrenal!
El ministerio de Jesús fuera de Galilea
“Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis” (Marcos 7:31). Este pasaje marca el inicio del viaje de Jesús fuera de su tierra, hacia el territorio de la Decápolis y Judea.
El ministerio de Jesús en Jerusalén
Del capítulo 11 al 13 vemos a Jesús enseñando y proclamando el reino de Dios en Jerusalén. Por ejemplo, aquí podemos encontrar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén: “Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!»” (Marcos 11:9-10).
Muerte y resurrección de Jesús
Del capítulo 14 al 16 vemos las circunstancias que precedieron y siguieron la muerte de Jesús, es decir, la oración en el huerto de Getsemaní, el arresto, la crucifixión y la resurrección del Señor Jesucristo. Por último, del mismo modo que el Evangelio de Mateo, el libro de Marcos también termina con la instrucción de ir a todas las naciones para compartir la buena noticia de Cristo.
¿Quién fue el evangelista Marcos?
Si bien es cierto que Marcos no era uno de los 12 apóstoles, se sabe que habría sido un testigo ocular de la vida de Jesús. Por ejemplo, en los Hechos de los Apóstoles, la Biblia lo presenta como compañero de Pablo y de Bernabé, su primo (Hechos 15: 37-39), posteriormente, lo muestra también como compañero de Pedro (1 Pedro 5:13). Además, se dice que Marcos, o Juan Marcos, era hijo de una mujer llamada María (Hechos 12:12), y parece que uno de los pasajes de su evangelio, sobre un joven que siguió a Jesús y terminó huyendo, se refiere a él (Marcos 14:51-52).
Pero, ¿de qué manera Marcos nos presenta a Jesús? aunque os evangelios de Marcos y Mateo son muy similares (el libro de Mateo contiene 600 de los 661 versículos del libro de Marcos), valdría la pena destacar que Marcos se enfoca más en los hechos y milagros de Jesús que en sus palabras (por lo cual cita18 milagros y solo 4 parábolas), es decir, ¡el evangelio de Marcos nos muestra a Jesús en acción!
5 hermosos versos del evangelio de Marcos
La oración de Jesús
“Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando” (Marcos 1:35).
Jesús, el Hijo de Dios
“Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: «Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo»” (Marcos 9:7).
Todo es posible para el que cree
“«¡Si puedes...!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree». Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe»” (Marcos 9:23-24).
La oración del creyente
“Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán. Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas»” (Marcos 11:24-25).
Ser creyente
“El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán»” (Marcos 16:16-18).
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