Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Conságrate al Corazón de Jesús. Meditaciones diarias basadas en los textos de San Juan Pablo II. ¡Un tiempo privilegiado de corazón a corazón! ¡Bienvenidos!

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"Cuanto más conozcamos a Jesús, meditando su vida en la tierra, entraremos en la profundidad de su Amor, de donde brota la vida que da esperanza a todo hombre"


Con ocasión de la solemnidad de la presentación de Jesús en el Templo, el 2 de febrero, proponemos una consagración voluntaria al Sagrado Corazón de Jesús.

El corazón de Jesús, el camino, la verdad y la vida

El hombre del año 2000 tiene necesidad del Corazón de Cristo para conocer a Dios y para conocerse a sí mismo; tiene necesidad de él para construir la civilización del amor».

Catequesis durante la audiencia general del miércoles 8 de junio de 1994, n. 2: L'Osservatore) 

Y concretamente, cada día, ¿qué les proponemos?

  • Meditaremos una de las invocaciones de las letanías del Sagrado Corazón.
  • Para ayudar que estas lecturas nos sean estériles, sino que lleguen a dar fruto en la vida práctica, se ofrece un propósito diario, que debe ser vivido con la gracia de Dios y por amor a Él.
  • Proponemos una pequeña jaculatoria que, repetida con frecuencia a lo largo del día, nos ayudará penetrar más profundamente en su Divino Costado, y hacer de él nuestra perpetua morada.


¿Por qué estamos invitados a consagrarnos?

“Todo miembro de la Iglesia está invitado a ver en la consagración una entrega y una obligación con respecto a Jesucristo"

Mensaje de su santidad Juan Pablo II, viaje apostólico a Polonia 17 de junio 1999. 

Acercarnos a Cristo en el misterio de su corazón, nos permite detenernos en este punto —en cierto sentido central y al mismo tiempo accesible en el plano humano de la revelación del amor misericordioso del Padre, que ha constituido el núcleo central de la misión mesiánica del Hijo del Hombre» (n. 13). 


Vivida con fe y confianza, esta preparación nos puede ser de gran utilidad para dejarnos modelar por el Espíritu Santo y la Virgen Santísima, según el modelo del mismo Corazón de Cristo.

Oración de el retiro

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.