La oración en la hora de la misericordia hace parte de la devoción a la Divina Misericordia, junto a la novena y la coronilla a la Divina Misericordia. Jesús, a través de Santa Faustina, nos invita a entregarnos totalmente a su misericordia, rezándole de manera especial a las 3:00 pm, la hora de su Pasión. "En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión..." (Diario, 1320)
En sus últimas apariciones a Santa Faustina, Jesús le pidió rezar a su misericordia, todos los días a las 3 de la tarde, hora en que entregó su espíritu en la Cruz: “Cada vez que oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero, y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abre por cada alma. En esta hora puedes obtener todo por ti misma y por los demás con sólo pedirlo, es la hora de gracia para todo el mundo – la misericordia triunfó sobre la justicia” (Diario, 1572).
En la hora de su muerte, Jesús mostró su último sacrificio, su última entrega a Dios, la cual dio salvación a todos los hombres. Jesús murió en manos de los hombres para resucitar juntamente con ellos. Orar en "la hora del Gólgota" no sólo es conmemorar un hecho que ocurrió hace 2000 años, sino que también requiere comprender que Jesús aún está dispuesto a salvarnos y a mostrarnos el alcance de su amor por cada uno de nosotros. Por lo anterior, estamos invitados a rezar a su infinita misericordia, a través de su dolorosa Pasión, por nosotros, por la humanidad y especialmente por los pecadores.
Además de esta comunión de espíritu a las 3 de la tarde, hay un llamado más general a meditar en la Pasión de Cristo. “La meditación de Mi Pasión te ayudará a elevarte por encima de todo.” (Diario, 1184) La muerte de Cristo es la señal más grande del amor de Dios por la humanidad; Él nos dió a su Hijo para redimir nuestras faltas, nuestras debilidades, nuestras fallas. Jesús murió en la cruz para salvarnos, para liberarnos de nuestra condición de hombres pecadores. Este es el don de nuestra salvación: no tenemos que merecerlo, Jesús nos lo ha ofrecido.
Es importante rememorar los diferentes elementos de la Pasión de Cristo y meditarlos para comprender la grandeza de la Divina Misericordia y la necesidad de entregarse completamente en los brazos de Cristo, que se abrieron de par en par en la Cruz. Por ejemplo, podemos meditar en los misterios dolorosos, mientras rezamos el Rosario.
El mismo Jesús le indica a Santa Faustina varias formas de rezar en la hora de la misericordia:
Hacer el camino de la cruz (vía crucis)
Entrar en una capilla y rezar
O simplemente tener un momento de reflexión y rezar a solas
Es cierto que en nuestras vidas tan ocupadas, a veces es difícil hacer regularmente un Vía crucis a las 3 p.m., o escapar del trabajo para entrar en una capilla. Sin embargo, podemos intentar unirnos a Cristo en la cruz (desde nuestro interior) por unos momentos. "sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante" (Diario, 1572).
Cada uno puede rezar de acuerdo a la disposición de su corazón, sin embargo, Santa Faustina nos enseñó algunas reglas. Por un lado, se debe rezar a las 3 de la tarde y por el otro, la oración debe dirigirse directamente a Cristo, a través de su Pasión.
Jesús, al confiar su Espíritu a su Padre, nos invita a confiarnos también a Él y a imitar este abandono total. Por lo tanto, esta oración debe hacerse con total confianza en Jesús y con un espíritu de caridad hacia el prójimo, del mismo modo que se hace al rezar los otros pilares de la devoción a la Divina Misericordia (especialmente la coronilla y la novena).
“Oh fuente de vida insondable, ¡misericordia!"
"Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros, en ti confío."
"Expiraste Jesús, pero tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de tu Misericordia inundó al mundo.”
Para vivir este punto culminante en comunión con otros cristianos y para entrar más profundamente en este misterio, ven y únete a estas comunidades:
La Divina Misericordia en mi alma: para que aprendas a “misericordiar” y a confiar en Jesús.
La novena a la Divina Misericordia: para que reces la Coronilla a la Divina Misericordia y la Novena que Jesús dio a Santa Faustina. Recibirás en audio textos de cada día y la Coronilla.