El espiritismo es una rama del ocultismo, y generalmente se trata de un tipo de adivinación centrada en los muertos o difuntos. También se define por los términos comunicación con espíritus, poder de ver seres invisibles y nigromancia. Se dice que el francés Allan Kardec, sería el fundador del Espiritismo, al darle forma a la primera Sociedad de estudios espiritistas en 1858, aunque se sabe que esta práctica se encuentra dentro de las más antiguas de la humanidad.
A continuación, te invitamos a descubrir un poco más sobre el espiritismo, sus diferentes formas y variantes. Luego veremos qué dice al respecto la Palabra de Dios y el Catecismo de la Iglesia Católica. Al final de esta lectura, también te invitamos a descubrir otras principales preguntas sobre la vida cristiana.
Generalmente existen dos tipos de espiritismo:
Este tipo de espiritismo es una práctica mediante la cual, con diferentes técnicas y medios.
Sin embargo, no se trata de adivinación por medio de los muertos, sino a través de seres espirituales, es decir, de demonios, que toman la apariencia del difunto. Muchos exorcistas confirman que un demonio sabe perfectamente hacerse pasar por el difunto.
El espiritismo de tipo nigromancia no pretende entablar una relación con una persona fallecida, sino buscar conocimiento y poder.
A menudo, este tipo de espiritismo se caricaturiza con "mover las mesas o las cosas", y puede adoptar tanto diferentes formas y variantes:
Además, existen innumerables tipos de espiritismo como el candomblé, la umbanda, el espiritismo de cordón, el espiritismo cruzado, etc.
En Israel, en diferentes épocas, se practicaba la nigromancia:
"Inmoló a su hijo en el fuego, practicó la astrología y la magia, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación" (2 Re. 21,6).
"Seguramente les dirán: «Consulten a los nigromantes y adivinos, que musitan y susurran. ¿No debe un pueblo consultar a sus dioses, consultar a los muertos en favor de los vivos, para recibir instrucción y testimonio?” (Is. 8,19).
El espiritismo y la nigromancia son rechazados firmemente en la Biblia:
"No acudirán a los espíritus de los muertos ni consultarán a otros espíritus, haciéndose impuros a causa de ellos. Yo soy el Señor, su Dios" (Lev. 19, 31).
"Y si una persona consulta a los espíritus de los muertos o a otros espíritus, y se prostituye detrás de ellos, yo volveré mi rostro contra esa persona y la extirparé de su pueblo. Ustedes se santificarán y serán santos, porque yo soy el Señor, su Dios" (Lev. 20, 6-7).
"Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la magia o la hechicería. Tampoco hará ningún encantador, ni consultor de espectros o de espíritus, ni evocador de muertos. Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones. él desposeerá a esos pueblos delante de ti. Tú serás irreprochable en tu trato con el Señor, tu Dios. Porque las naciones que vas a desposeer escuchan a los astrólogos y adivinos, pero a ti el Señor no te permite semejante cosa. El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo harás surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán", (Deut.18,10-15).
El Catecismo de la Iglesia Católica aborda el tema del espiritismo, en los números 2115 a 2117, en los cuales se da claridad sobre las diferentes formas de adivinación y magia.
2116 “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios”.
El Espiritismo es condenado en el número 2117 de este compendio “El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él” (n°. 2117).
El mismo número añade que el espiritismo, como cualquier otra forma de magia o hechicería “son gravemente contrarias a la virtud de la religión".
La Iglesia enseña que no tenemos contacto directo con los muertos, por tanto, condena todo tipo de evocación hacia los muertos mediante el espiritismo. Sin embargo, fomenta la invocación de los difuntos, que es diferente. La invocación de los difuntos consiste en orar a Dios por ellos, sin recurrir a prácticas espiritistas. El Catecismo de la Iglesia Católica nos anima a orar por las personas que han fallecido: "pues es una idea santa y piadosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados. Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor” (n°.958).
El espiritismo es una práctica engañosa: las personas que practican el espiritismo pueden defender esta práctica alegando la existencia de numerosas similitudes con el catolicismo, incluso, basándose en textos bíblicos. Además, como vimos anteriormente, los demonios pueden tomar la apariencia del difunto, por lo cual se debe evitar a toda costa caer en este error.
En los casos más extremos, la práctica del espiritismo puede provocar diversos males en quien lo practica, como la infestación, o incluso la posesión, en cuyo caso, se puede llegar a requerir que la persona consulte a un exorcista para ser liberada.
No caigamos en la trampa del espiritismo y sus diferentes variantes, que nos crean problemas y nos alejan de Dios. Escuchemos al Único Espíritu verdadero, es decir, el Espíritu Santol. Por ejemplo, uniéndote a esta comunidad para abrirte a la presencia del Espíritu Santo en tu vida. También puedes pedir la protección de los Santos Arcángeles mediante una novena