La historia de Noé es una de las más conocidas del Antiguo Testamento. En el libro del Génesis encontramos la vida de este hombre que obedeció a Dios, y gracias a su fe se salvó del diluvio que fue enviado a la tierra. La Biblia también nos habla de los hijos de Noé, quienes también pudieron entrar en el arca de Noé para repoblar la tierra poco después. Te invitamos a conocer un poco más sobre la historia de Noé en la Biblia y los sucesos maravillosos que ocurrieron gracias a la obediencia de este gran siervo del Señor.
En la época de Noé, la maldad aumentaba cada vez más en la tierra, sin embargo, él no participó en estos actos malvados pues tenía su fe bien cimentada en Dios. En efecto, la Biblia nos dice que: “(...) Noé fue agradable a los ojos del Señor. El anuncio del Diluvio y la orden de construir el arca. Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo, irreprochable entre sus contemporáneos, y siguió siempre los caminos de Dios”. (Génesis 6:8-9). Tras la advertencia de Dios sobre el diluvio que iba a caer sobre la tierra, Noé tuvo que construir un arca para salvarse junto a su familia, de este modo, su obediencia a Dios permitió que la raza humana no se extinguiera para siempre.
La Biblia nos dice que Noé “Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet” (Génesis 6:10) y que tanto ellos como sus esposas entraron con él al arca. Sin embargo, en una ocasión Cam, hijo de Noé y padre de Canaán vio la desnudez de su padre y se apresuró a contárselo a sus hermanos: “Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron los dos sobre la espalda y, caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como sus rostros miraban en sentido contrario, no vieron a su padre desnudo. Cuando Noé despertó de su embriaguez y se enteró de lo que había hecho su hijo menor, dijo: «¡Maldito sea Canaán! El será para sus hermanos el último de los esclavos»” (Génesis 9:25) y bendijo a Sem y a Jafet.
“Dios dijo a Noé: «He decidido acabar con todos los mortales, porque la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos. Por eso los voy a destruir junto con la tierra. Constrúyete un arca de madera resinosa, divídela en compartimientos, y recúbrela con betún por dentro y por fuera” (Génesis 6:13-14).
“Así lo hizo Noé, cumpliendo exactamente todo lo que Dios le había mandado” (Génesis 6:22).
“Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que estas eran hermosas, y tomaron como mujeres a todas las que quisieron. Entonces el Señor dijo: «Mi espíritu no va a permanecer activo para siempre en el hombre, porque este no es más que carne; por eso no vivirá más de ciento veinte años». En aquellos días –y aún después– cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y ellas tuvieron hijos, había en la tierra gigantes: estos fueron los héroes famosos de la antigüedad”. (Génesis 6:1-4).
“Noé tenía seiscientos años, y era el decimoséptimo día del segundo mes. Ese día, desbordaron las fuentes del gran océano y se abrieron las cataratas del cielo. Y una fuerte lluvia cayó sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches”. (Génesis 7:11-12).
“Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar. Cuando el Señor aspiró el aroma agradable, se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud; ni tampoco volveré a castigar a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo. De ahora en adelante, mientras dure la tierra, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche»” (Génesis 8:20-21).
“Noé se dedicó a la agricultura y fue el primero que plantó una viña. Pero cuando bebió vino, se embriagó y quedó tendido en medio de su carpa, completamente desnudo. Cam, el padre de Canaán, al ver a su padre desnudo, fue a contárselo a sus hermanos, que estaban afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron los dos sobre la espalda y, caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como sus rostros miraban en sentido contrario, no vieron a su padre desnudo. Cuando Noé despertó de su embriaguez y se enteró de lo que había hecho su hijo menor, dijo: «¡Maldito sea Canaán! El será para sus hermanos el último de los esclavos»”. (Génesis 9:20-25)
“Después del Diluvio, Noé vivió trescientos cincuenta años, y en total, vivió novecientos cincuenta años. Al cabo de ellos, murió” (Génesis 9:28-29).