En la Biblia encontramos historias de hombres y mujeres que realizaron milagros gracias a su fe en Dios. Un ejemplo perfecto de esto lo podemos encontrar en la historia de Noé, un hombre que marcó la diferencia en su generación al mantenerse justo e íntegro ante Dios, mientras los demás se perdían en su maldad. De hecho, en el Antiguo Testamento, el libro del Génesis nos habla de este siervo al que Dios le advirtió y libró del gran diluvio que destruyó la raza humana. Te invitamos a descubrir el pasaje bíblico que narra la historia del diluvio y del arca de Noé a continuación:
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“1 Entonces el Señor dijo a Noé: «Entra en el arca, junto con toda tu familia, porque he visto que eres el único verdaderamente justo en medio de esta generación.
2 Lleva siete parejas de todas las especies de animales puros y una pareja de los impuros, los machos con sus hembras
3 –también siete parejas de todas las clases de pájaros– para perpetuar sus especies sobre la tierra.
4 Porque dentro de siete días haré llover durante cuarenta días y cuarenta noches, y eliminaré de la superficie de la tierra a todos los seres que hice».
5 Y Noé cumplió la orden que Dios le dio.
El comienzo del Diluvio
6 Cuando las aguas del Diluvio se precipitaron sobre la tierra, Noé tenía seiscientos años.
7 Entonces entró en el arca con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del Diluvio.
8 Y los animales puros, los impuros, los pájaros y todos los seres que se arrastran por el suelo,
9 entraron por parejas con él en el arca, como Dios se los había mandado.
10 A los siete días, las aguas del Diluvio cayeron sobre la tierra.
11 Noé tenía seiscientos años, y era el decimoséptimo día del segundo mes. Ese día, desbordaron las fuentes del gran océano y se abrieron las cataratas del cielo.
12 Y una fuerte lluvia cayó sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.
13 Ese mismo día, habían entrado en el arca Noé, sus hijos, Sem, Cam y Jafet, su mujer y las tres mujeres de sus hijos;
14 y junto con ellos, los animales de todas las especies: las fieras, el ganado, los reptiles, los pájaros y todos los demás animales con alas.
15 Todas las clases de seres que están animados por un aliento de vida entraron con Noé en el arca; y lo hicieron por parejas,
16 machos y hembras, como Dios se lo había ordenado. Entonces el Señor cerró el arca detrás de Noé.
La inundación
17 El Diluvio se precipitó sobre la tierra durante cuarenta días. A medida que las aguas iban creciendo, llevaban el arca hacia arriba, y esta se elevó por encima de la tierra.
18 Las aguas subían de nivel y crecían desmesuradamente sobre la tierra, mientras el arca flotaba en la superficie.
19 Así continuaron subiendo cada vez más, hasta que en todas partes quedaron sumergidas las montañas, incluso las más elevadas.
20 El nivel de las aguas subió más de siete metros por encima de las montañas.
21 Entonces perecieron todos los seres que se movían sobre la tierra: los pájaros, el ganado, las fieras, todos los animales que se arrastran por el suelo, y también los hombres.
22 Murió todo lo que tenía un aliento de vida en sus narices, todo lo que estaba sobre el suelo firme.
23 Así fueron eliminados todos los seres que había en la tierra, desde el hombre hasta el ganado. los reptiles y los pájaros del cielo. Sólo quedó Noé y los que estaban con él en el arca.
24 Y las aguas inundaron la tierra por espacio de ciento cincuenta días”.
Su relación con Dios no solo salvó a Noé del diluvio, sino también a su esposa, sus hijos y las esposas de sus hijos. La historia de Noé nos revela lo preciosa que es nuestra fe, y nos recuerda en estos tiempos que con Jesús podemos mover montañas, pues nada es imposible para el que cree: de hecho, nuestra confianza en Dios tiene el poder de librarnos de las inundaciones, la depresión, la enfermedad, el miedo y todo lo que nos agobia... Todo aquel que se esconde en esta arca, que es Cristo, tendrá paz y seguridad en todo momento. De este modo, podremos gritar como los hijos de Coré: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar” (Salmo 46:2-3).
Sabemos que Noé confió en Dios y su relación personal con Él lo salvó de la muerte. En Hozana creemos que la oración diaria y la palabra de Dios nos ayudan a fortalecer nuestra relación con el Señor, por eso te proponemos diversas comunidades de oración en línea para que experimentes estos momentos y puedas hacerlos parte de tu vida diaria. Por ejemplo, puedes:
¡Ven y confía en Dios con Hozana!