En el orden cronológico de los libros del Antiguo Testamento, el libro del Levítico es el tercer libro de la Biblia, después de Génesis y Éxodo, consta de 27 capítulos y se sabe que fue Moisés quien escribió gran parte de este libro. Respecto a su contenido, allí encontramos muchas leyes y principios de vida que Dios ordenó a su pueblo. Te invitamos a descubrir la Santidad de Dios, que es el tema principal de este libro de la Biblia, y 8 pasajes bíblicos clave de Levítico.
Cuando los judíos salieron de Egipto tras 400 años de esclavitud, habían olvidado cómo vivir en comunión con Dios, y fue precisamente en ese contexto que Dios estableció todas las leyes y ordenanzas, para que su pueblo las respetara y viviera en paz con Él.
Levítico proviene del nombre de la tribu de Leví, que fue elegida por Dios para celebrar los servicios y ritos religiosos de Israel. De hecho, tras el acto de idolatría relacionado con el becerro de oro, los levitas decidieron ponerse del lado del Señor y obedecer a Moisés (Éxodo 32:26-29), de modo que recibieron su bendición y se convirtieron en sacerdotes del Señor.
El tema principal del libro del Levítico es la santidad de Dios. Dios es santo y, por tanto, tanto sus servidores o levitas, así como todo el pueblo que dice seguirle, deben ser santos. Además, otro término que se utiliza muy a menudo es "expiación"; es decir, el perdón de los pecados. De acuerdo al pacto realizado entre Dios y el pueblo judío, los sacrificios de expiación debían ofrecerse de una manera muy específica para poder obtener el perdón de las faltas cometidas.
Del capítulo 1 al 7 encontramos los sacrificios y las ofrendas exigidas al pueblo y a los sacerdotes. Del capítulo 8 al 10, Moisés da las instrucciones del Señor para el sacerdocio de Aarón y sus hijos. Del capítulo 11 al 16, el Señor presenta al pueblo los diferentes tipos de impureza. Los últimos capítulos presentan cómo el pueblo debía santificarse de manera práctica y los actos impuros de los cuales debía apartarse si quería mantener la santidad ante Dios.
“Porque yo soy el Señor, el que los hice subir del país de Egipto para ser su Dios. Ustedes serán santos, porque yo soy santo”. (Levítico 11:45)
“Ustedes se santificarán y serán santos, porque yo soy el Señor, su Dios. Observarán fielmente mis preceptos, Yo soy el Señor, que los santifico”. (Levítico 20:7-8)
“Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo mismo les he puesto la sangre sobre el altar, para que les sirva de expiación, ya que la sangre es la que realiza la expiación, en virtud de la vida que hay en ella”. (Levítico 17:11)
“Te levantarás delante del anciano, y serás respetuoso con las personas de edad. Así temerás a tu Dios. Yo soy el Señor”. (Levítico 19:32)
“No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”. (Levítico 19:18)
“Si ustedes viven conforme a mis preceptos y observan fielmente mis mandamientos, yo enviaré las lluvias a su debido tiempo, y así la tierra dará sus productos y las plantas del campo, sus frutos”. (Levítico 26:3-4)
“ Y si alguien –sea en cumplimiento de un voto especial o como ofrenda voluntaria– presenta al Señor en sacrificio de comunión un animal del ganado mayor o menor, para que esa ofrenda le sea aceptada, tendrá que ser sin defecto: no habrá en ella ninguna imperfección”. (Levítico 22:21)
“La décima parte de lo que produce la tierra –tanto los campos sembrados como los árboles frutales– pertenece al Señor: es una cosa consagrada al Señor”. (Levítico 27:30)
En Hozana, ¡encuentra diversas propuestas espirituales para orar con los textos de la Biblia! Por ejemplo, puedes suscribirte a:
¡Ven, ora y medita en la Palabra con Hozana!