“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Juan 15:13).
“10 Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
11 Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
12 Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.
13 No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
15 Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
16 No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
17 Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros” (Juan 15:10-17).
Versión: el Libro del Pueblo de Dios
Este pasaje del capítulo 15 del evangelio de Juan nos da detalles sobre el segundo mandamiento del Señor, el cual consiste en amar a los hermanos. Al principio del capítulo 15, Jesús recuerda a sus apóstoles que deben permanecer en Él para dar fruto, y también explica cómo hacerlo. Recordemos que solo se puede obedecer plenamente al Señor cuando ponemos por obra el mandamiento del amor, lo cual nos permite pasar de ser siervos, a convertirnos en amigos de Dios. Además, en este pasaje, Jesús nos da la medida del amor perfecto, la cual consiste en dar su vida por los otros, y este amor debe entregarse sin excepciones, pues Jesús nos manda a amar no solo a los amigos, sino también a los enemigos, y es precisamente de esta manera que se puede reconocer a los verdaderos hijos del Padre (Mateo 5:38-48). Finalmente, se puede decir que la vida terrenal de Cristo es un modelo continuo del mandamiento del amor, cuya expresión máxima y perfecta se resume en el sacrificio de Jesús en la cruz.
Si quieres vivir el mandamiento del amor que Jesús nos dio, Hozana te propone varias comunidades de oración para responder a este llamado. Por ejemplo: