“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré” (Mateo 11:28)
“25 En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
26 Sí, Padre, porque así lo has querido.
27 Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
28 Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
29 Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
30 Porque mi yugo es suave y mi carga liviana” (Mateo 11:25-30).
-Versión: el Libro del Pueblo de Dios
Jesús llama a todas las personas a acercarse a Él con un corazón de niño, sabiendo que en Él se puede encontrar el verdadero descanso que necesitamos. Recordemos que Jesús tiene el poder de sanar nuestros sufrimientos, ya sea de manera espiritual o física, y espera que pongamos nuestra confianza en Él y nos abandonemos entre sus manos para que pueda actuar. Además, tengamos presente que Jesús no vino a abolir el sufrimiento, sino a santificarlo y a revelarnos su significado y propósito. Sin embargo, Él no nos deja llevar solos nuestras cruces, sino que quiere ayudarnos, aligerar nuestra carga, e incluso librarnos completamente de ella, si es la voluntad del Padre. En cualquier caso, la paz y la alegría que Jesús da a los que aceptan su cruz son tan inmensas, que pueden aliviar el sufrimiento y dar paz al corazón. Y cuando no tengamos fuerzas, vayamos al Corazón de Jesús para sacarla y poder seguir adelante.
Jesús nos invita a descargar tus cargas en Él y a encontrar descanso en su Corazón. Descubre las comunidades de oración para entregarte por completo a Jesús y encontrar la paz que necesitas. Por ejemplo, te invitamos a: