La familia es un tesoro que se debe cuidar y proteger. ¿Qué mejor cuidado que encomendar nuestros padres e hijos a Dios, mediante nuestras oraciones, para que envíe su Espíritu a vivir en el corazón de nuestros hogares? Rezar a San Antonio de Padua, cuya intimidad con Cristo le permite realizar milagros, es garantizar que nuestras relaciones familiares se restauren, se preserven y se fortalezcan.
"Oh estimado San Antonio, bendice y protege a mi familia; mantenla unida en el amor, ese amor que nos sostiene en cada una de nuestras necesidades cotidianas, y mantenla libre del mal.
Bendice a mi cónyuge y a mí. Ayúdanos a vivir con dignidad a través de los frutos de nuestro trabajo para que podamos tener la oportunidad de criar y educar a los hijos que el Señor nos ha dado y que vendrán si así Él lo desea.
Bendice a nuestros hijos, que puedan mantenerse sanos y con bondad en el corazón. Ayúdalos a que nunca se pierdan por el camino, y si esto pasase, ayúdales a encontrar el camino de regreso al amor. Ayúdalos además, a concentrarse en sus estudios y a ser personas preparadas para el futuro.
No permitas que pierdan su fe y su pureza en medio de las muchas ocasiones que el mal les tentará en su crecimiento espiritual y personal.
Ayúdanos a comprender a nuestros hijos y a guiarlos a través de nuestras palabras y nuestro ejemplo, de modo que siempre puedan aspirar a los más nobles ideales de la vida y ser capaces de poner en práctica su vocación humana y cristiana.
Amén"
"Oh Dios, Padre bueno y lleno de misericordia, que escogiste a San Antonio como testigo del Evangelio y mensajero de paz en medio de tu pueblo, escucha la plegaria que te dirigimos confiando en su intercesión.
Santifica nuestra familia, ayúdala a crecer en la fe, conserva en ella la unidad, la paz y la serenidad. Bendice a nuestros hijos, protege a nuestros jóvenes.
Concede tu ayuda a quienes padecen enfermedad o se encuentran en el dolor y en la soledad.
Sé nuestro amparo en el trabajo de cada día y danos tu amor.
Por Cristo nuestro Señor. Amén"
Protector de los enamorados, San Antonio trabaja por la plenitud de las parejas en la alegría de Dios.
Sean parte de esta comunidad de oración para que, juntos, confíen a Dios la paz y la unión en su familia.
Hagan crecer la fe en su familia y el espacio reservado a Dios en su hogar siendo parte de una comunidad.