Rezar por la familia es algo muy importante ya que, desgraciadamente, la familia no siempre es el hogar unido, amoroso y reconfortante que protege y al mismo tiempo, prepara para el mundo. Las pruebas de la vida, la falta de receptividad y de comprensión, a veces, llevan a divisiones dentro de la pareja, de los hermanos, entre padres e hijos ó con los abuelos, los tíos y tías. ¿ Cómo apaciguar una familia que se lastima? ¿ Cómo reconfortar los miembros de una familia rota?
¡Pues, con muchísimo amor! Dios, origen de todo amor, puede ayudarnos a hacerlo. Pidámosle con todo nuestro corazón por esta familias que sufren.
“Señor, Dios nuestro, nos elegiste para ser santos. Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura y de paciencia.
Ayúdanos a perdonarnos los unos a los otros, así como tú, Señor, nos has perdonado. Sobre todo, danos caridad, que es el vínculo de la perfección y que la paz de Cristo brille en nuestros corazones. Esa paz que debe reinar siempre entre los que confían en ti.
Que todo lo que hagamos, en palabras y obras, sea en nombre del Señor Jesús, a quien damos gracias, Dios Padre y Señor nuestro.
Amén.”
"Oh Dios, Padre de todos los hombres,
Tú nos pides que llevemos
el amor allí donde los pobres son humillados,
la alegría allí donde la Iglesia está debilitada,
la reconciliación allí donde los hombres están divididos.
Ayúdanos a reconciliar
al padre con su hijo,
la madre con su hija,
al esposo con su esposa,
al creyente con el que no puede creer,
al cristiano con su hermano cristiano que no ama.
Tú nos abres este camino
para que el cuerpo herido de Jesucristo,
tu Iglesia, sea el fermento de la comunión para los pobres de la tierra
y en toda la familia humana.
Amén."
Para reconciliarnos, se deben convertir nuestros corazones. Rezar una novena (oración durante 9 días) nos permite tomar el tiempo de acoger la gracia de Dios en nuestro corazón y dejar que el Espíritu Santo actúe sobre nosotros.