Rezar por su familia, es confiar a Dios nuestros seres queridos. Todos deseamos lo mejor para nuestros hijos y padres, que el mal no les toque y que tengan la fuerza de superar las pruebas. Para eso, ¿Qué mejor protección que ponerlos bajo el amor y la misericordia de Dios? Aquí encontrarás dos bellas oraciones para vivir en el corazón de Dios.
“Oh Dios, Padre nuestro amoroso,
Creador de todas las cosas, enviaste a tu Hijo, Jesucristo, nuestro redentor, al hogar de María y de José, para formar la sagrada familia de Nazaret: inspíranos, siguiendo su ejemplo, imitemos su amor generoso en nuestra vida familiar.
A través de la intercesión de San Josemaría, ayuda a nuestras familias a conservarse unidas en el corazón de Cristo, en comunión de amor entre padres e hijos; a reconocer y defender la sacralidad del matrimonio; a acoger generosamente el don de la vida; a proclamar el valor inestimable de cada miembro de la familia.
Concédenos la gracia de entregarnos en un servicio generoso a nuestra familia, que sea reflejo del amor que Jesús tuvo a María y José, para convertir nuestro hogar en una verdadera Iglesia doméstica, que tenga como centro al Señor.
Enséñanos a descubrir a Cristo en las dificultades que puedan surgir en nuestro hogar; y a encontrar la alegría en la cruz, bien unidos al Señor.
Cuida y protege a nuestra familia, para que todos seamos fieles al evangelio y sepamos conducirnos siempre por los caminos de la santidad. Te pedimos, a través de la intercesión de San Josemaría, que nos concedas el favor que te pedimos (pídase). Amén.
Jesús, María y José, os entregamos nuestros corazones y nuestras almas”.
“Santísimos corazones de Jesús y María,
unidos en el amor perfecto,
como nos miráis con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a vosotros.
Conocemos que el ejemplo bello
de vuestro hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener, con vuestra ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que os disteis.
Que nuestro hogar sea lleno de gozo.
Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo sean dados libremente a todos.
Que nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.
Y que siempre estemos cerca de los sacramentos.
Bendecid a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
que la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
conceded la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.
Mantened nuestras familias cerca
de vuestros corazones;
que vuestra protección
especial esté siempre con nosotros.
Sagrados corazones de Jesús y María,
escuchad nuestra oración.
Amén.”
Confía tus oraciones a la intercesión de santos cuyas vidas familiares son un ejemplo para todo hogar cristiano:
¡Ven y reza a por tus seres queridos con Hozana!