Separación, duelo, enfermedad... Las adversidades de la vida a veces prueban fuertemente las familias. Si es bueno rezar por su familia en toda ocasión, aún más importante es entregarla a Dios cuando hay que enfrentar las dificultades de la vida.
Recemos por todas las familias que viven dificultades económicas, materiales, interpersonales y de salud, para que nunca pierdan la base del amor, la esperanza y la fe.
"Dios, padre nuestro,
Somos hermanos y hermanas en Jesús, tu hijo,
Una familia, en el espíritu de tu amor.
Bendícenos con la alegría del amor.
Haznos pacientes y bondadosos,
Amables y generosos,
Acogedores de aquellos que tienen necesidad.
Ayúdanos a vivir tu perdón y tu paz.
Protege a todas las familias con tu cuidado amoroso,
Especialmente a aquellos por los que ahora te pedimos:
[Hacemos una pausa y recordamos a los miembros de la familia y a otras personas por su nombre].
Incrementa nuestra fe,
Fortalece nuestra esperanza,
Protégenos con tu amor,
Haz que seamos siempre agradecidos por el regalo de la vida que compartimos.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.
María, madre y guía, ruega por nosotros.
San José, padre y protector, ruega por nosotros.
San Joaquín y Santa Ana, rueguen por nosotros.
San Luis y Santa Celia Martin, rueguen por nosotros."
“ Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida
en la Sagrada Familia de Nazaret
Ayúdanos, Padre amado,
a hacer de nuestra familia otro Nazaret,
donde reine amor, la paz y la alegría.
Que sea profundamente contemplativa,
intensamente eucarística y vibrante con alegría.
Ayúdanos a permanecer unidos
por la oración en familia
en los momentos de gozo y de dolor.
Enséñanos a ver a Jesucristo
en los miembros de nuestra familia
especialmente en los momentos de angustia.
Haz que el corazón de Jesús Eucaristía
haga nuestros corazones
mansos y humildes como el suyo
y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones
familiares de una manera santa.
Haz que nos amemos más y más
unos a otros cada día
como Dios nos ama a cada uno de nosotros
y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas,
como Tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, oh Padre amado,
a recibir todo lo que nos das
y a dar todo lo que quieres recibir
con una gran sonrisa.
Inmaculado Corazón
de María,
causa de nuestra alegria, ruega por nosotros.
Santos Angeles de la Guarda
permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos.
Amén.
Dios los bendiga”
Por Madre Teresa de Calcuta
Cualquiera sea la prueba vivida, confiémosla a Dios. Pidamos, en nuestras oraciones, que envíe su espíritu consolador para fortalecernos frente a la adversidad y guiarnos hacia la luz.
La virgen María es nuestro principal apoyo. Con su dulzura y su ternura, escucha nuestras peticiones y las deja a los pies de su hijo. Sea que recemos María La Que Desata Nudos ó Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, ella siempre nos cubrirá de gracia.
Frente a la enfermedad, podemos pedir la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes o de otros grandes santos, tal como San Antonio de Padua o Santa Rita.
No olvidemos en nuestras oraciones a San José quien, como padre amante de Jesús y esposo cariñoso, siempre ha cuidado de la sagrada familia. Nos guiará en nuestras problemáticas * de vivienda y de trabajo.
No estamos solos para enfrentarnos a nuestras dificultades, los ángeles y santos de Dios pueden guiarnos.