Rezar a la madre de Jesús es asegurarse que la más grande de todas las santas intercederá por nosotros ante el Señor, pues ella nos muestra el camino al corazón de su hijo Jesús. Durante sus apariciones a Catalina Labourée, la virgen María nos recordó cuán dispuesta estaba a obtener muchas gracias para nosotros. Además, ella no solo transmitió a Santa Catalina los detalles de la medalla, que ha protegido a tantos católicos durante casi dos siglos, sino también su deseo de que le recemos.
"Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”.
A continuación, dos oraciones para pedir gracias y protección a la Virgen María, inmaculada concepción.
“Virgen inmaculada de la medalla milagrosa que te manifestaste a santa Catalina Labouré, como mediadora de todas las gracias, atiende a mi plegaria. En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu divino hijo y le ruegues concedérmela, si es conforme a su voluntad y ha de ser para bien de mi alma.
Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mí virgen poderosa. Envuélveme en los rayos de tus gracias, para que a la luz y al calor de esos rayos, me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que me acojas en las puertas del cielo. Amén.”
¡Oh María, sin pecado concebida! Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Ésta es, oh María, la oración que inspiraste a Santa Catalina Labouré en este mismo lugar, hace ciento cincuenta años. Y esta invocación, grabada ahora en la Medalla, la pronunciarán en adelante ¡tantos fieles en el mundo entero! [ … ] ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres! Has sido íntimamente asociada a toda la obra de nuestra redención, asociada a la cruz de nuestro Salvador: tu corazón fue traspasado junto a su corazón. Y ahora, en la gloria de tu hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas por la Iglesia, de la que eres la madre. Velas por cada uno de tus hijos, y alcanzas de Dios, para cada uno de nosotros, todas las gracias que simbolizan los rayos de luz que emergen de tus manos abiertas, con la sola condición de que nos atrevamos a pedírtelas, de que nos acerquemos a Ti con la confianza, la osadía, la sencillez de un niño. Y así, nos llevas sin cesar hacia tu divino Hijo. Amén”.
Juan Pablo II (1980).
Las apariciones de la Virgen en 1830 a Santa Catalina Labouré en la rue du Bac, en el centro de París, dieron origen al dogma de la inmaculada concepción y al fomento de la Medalla Milagrosa.
Durante el mismo siglo XIX, cuando París fue golpeada por una trágica epidemia de cólera y centenas de parisinos murieron, muchas curaciones fueron atribuidas a la virgen de la medalla. De esta forma, se hizo popular, y se convirtió en una de las vírgenes más rezadas por los santos en caso de enfermedad, para ser sanado o para obtener una gracia muy especial. De hecho, existe una novena especial para nuestra señora de la medalla milagrosa. Al ponerse esta medalla, y llevarla con fervor, tendremos una fuente de gracias y mantendremos a nuestra señora presente con nosotros.
En Hozana, vas a encontrar muchas propuestas de oración a la virgen María, por ejemplo:
Esta comunidad de oración a María desatanudos.
Esta novena a la virgen de Lourdes.
Esta novena a nuestra señora de Fátima.
Recuerda que María, la madre de Jesús, está dispuesta a escucharte y a interceder por ti ante el Señor. Puedes acercarte a ella sin temor y rezarle para que te ayude en tus dificultades. Únete a las diferentes comunidades de oración que Hozana tiene para ti.