San José, padre adoptivo de Jesús, como todos los seres humanos vivió momentos difíciles. Recordemos el episodio cuando tuvo que huir a Egipto con su familia porque el rey Herodes, informado por los magos del nacimiento del "Rey de los judíos", dió la orden de asesinar a todos los niños menores de 2 años. "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". (Mateo 2:13).
Orar a San José puede ser eficaz cuando nos enfrentamos a causas difíciles, como una muerte, una pérdida del empleo, una separación. Él puede acompañarnos en todo esto, presentar a Dios nuestras dificultades y pedirle que nos fortalezca en la prueba, que se una a nosotros en el dolor. He aquí, una oración dedicada a San José por las causas difíciles, inspirada por San Francisco de Sales.
“Glorioso San José, esposo de María, concédenos tu protección paternal, que te imploramos por el Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.
Oh tú, cuyo poder se extiende a todas nuestras necesidades y sabes cómo hacer posibles las cosas más imposibles, abre tus ojos de padre a los intereses de tus hijos. En la vergüenza y la pena que te presentamos, recurrimos a ti con confianza; dígnate tomar por tu conducta caritativa este asunto importante y difícil, causa de nuestra inquietud. Haz que su feliz resultado se convierta en la gloria de Dios y el bien de sus devotos siervos.
¡Oh, tú que nunca has sido invocado en vano, amado San José! Tú, cuyo crédito es tan poderoso ante Dios que podríamos decir: “En el cielo, José más bien ordena, no suplica", padre tierno, ruega por nosotros Jesús, ruega por nosotros María. Sé nuestro abogado con este Hijo divino cuyo padre adoptivo fuiste tan atento, tan querido y el fiel protector. Sé nuestro abogado con María, de quien fuiste amoroso y tiernamente amado esposo. Agrega a todas tus glorias la de ganar la causa difícil que te confiamos.
Creemos, sí, creemos que tú puedes conceder nuestros deseos librándonos de las penas que nos abruman y de la amargura que llena nuestra alma; tenemos, además, la firme confianza de que no descuidarás nada en favor de los afligidos que a ti imploran. Humildemente postrado a tus pies, buen San José, te imploramos, ten piedad de nuestros gemidos y nuestras lágrimas; cúbrenos con el manto de tu misericordia y bendícenos.
¡San José, gracias!
Sin importar las dificultades que encontremos en nuestras vidas, el Señor está con nosotros. Nos ayuda a llevar nuestra cruz y a capear las tormentas. A través de sus oraciones, los santos pueden interceder eficazmente por nosotros.
Santa Rita, patrona de las causas desesperadas, es muy rezada en situaciones que parecen perdidas.
El Arcángel San Miguel, jefe de las huestes celestiales, nos ayuda en nuestras luchas interiores, en la lucha contra el mal.
Ante la enfermedad, existen muchas oraciones de sanación para ayudarnos - o ayudar a nuestros seres queridos - a sobrellevar a esta dura prueba, incluyendo la oración a San Peregrino para las personas que sufren de cáncer.
En situaciones de conflicto, de juicio, San Expedito es un mediador eficaz y benévolo.
También podemos rezar a la Virgen María, especialmente con la oración a María Desatanudos.
Ora a San José durante 9 días y también únete a Santa Rita de Casia, santa de las causas imposibles y desesperadas, y reza para pedir su intercesión.