Una consagración es una forma de oración católica en la que una persona se entrega plenamente (a Jesús, a Dios, a la Santísima Virgen, a un santo, etc.) y recibe a cambio ayuda y protección en su vida, para su familia y para quienes le rodean. En la Iglesia actual son muy frecuentes diversas consagraciones; en este caso, la consagración a la Preciosa Sangre de Jesús marca un deseo personal de ponerse bajo el manto protector de la Sangre de Cristo.
"Jesús misericordioso, consciente de mi nada y de la grandeza divina, me arrojo a tus pies para agradecerte las muchas gracias que me has concedido, especialmente la de haberme librado, por la virtud de tu Preciosa Sangre, del poder dañino de Satanás.
En presencia de la Virgen María, mi madre, de mi santo ángel custodio, de mis santos patronos y de toda la corte celestial, me consagro libremente y con corazón sincero a tu Preciosa Sangre, oh Jesús, por medio de la cual has salvado al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Te prometo, con la ayuda de tu santa gracia, suscitar y difundir con todas mis fuerzas y según mis medios, la devoción a tu Preciosa Sangre, prenda de nuestra salvación, para que tu Adorable Sangre sea honrada y glorificada.
Por este medio, quisiera reparar mis infidelidades hacia tu Preciosa Sangre, signo de tu amor, y reparar las muchas profanaciones de los hombres con respecto a tu Sangre Redentora.
No te acuerdes más de mis propios pecados, de mi frialdad e ingratitud. Por eso te ofrezco, oh Jesús, el amor, la veneración y la adoración de tu santísima Madre, de tus fieles discípulos y de todos los santos con respecto a tu Preciosa Sangre.
Te ruego que no recuerdes mis pasadas infidelidades y frialdades y perdones a todos los que te han ofendido.
Rocíame, oh mi divino Salvador, a mí y a todos los hombres con tu Preciosa Sangre, para que desde ahora te amemos con todo el corazón, oh Amor crucificado, y veneremos siempre dignamente el precio de nuestra salvación.
Al amparo de tu misericordia nos acogemos, santa Madre de Dios. No desprecies nuestras oraciones cuando estemos en la prueba, y líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita. Amén".
-Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
El acto de consagración se realiza primero solemnemente, y se puede elegir una fecha especial para celebrar la ocasión. Una vez consagrada, la persona puede recitar diariamente la oración de consagración o, si lo desea, una versión abreviada. Es una buena idea mostrar su devoción recitando la oración al menos una vez al año. La consagración es ante todo un acto espiritual, que debe hacerse con el corazón, es decir, con fe y confianza. Las devociones a la Preciosa Sangre, y especialmente la consagración, conllevan muchas gracias.
Existen muchas oraciones a la Preciosa Sangre de Cristo que son particularmente poderosas, sin embargo, algunas son poco conocidas.
Te proponemos a continuación algunas comunidades para que puedas orar a Jesús y a su preciosa sangre a través de Hozana: