La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se ha desarrollado con gran ímpetu después de sus apariciones en 1689 en a Santa Margarita Maria Alacoque, Paray-le-Monial. Jesús le revela a esta joven monja que de su corazón que arde de amor brotan gracias inconmensurables. El corazón de Jesús representa el amor infinito de Dios y su misericordia sin límites. Es el centro hacia el que todo converge. Hay muchas formas en que es posible vivir la devoción al Sagrado Corazón.
La consagración al Sagrado Corazón consiste en hacer un don de sí mismo para Jesús, mostrandole la disponibilidad total de nuestro corazón para recibirlo. De hecho, a lo largo de la historia, y en muchas ocasiones, se ha revelado su extraordinaria eficacia, al punto que hoy por hoy los cristianos recurren a la consagración pedida por el mismo Jesús para adentrarse totalmente en su corazón y recibir todas las gracias que de él surgen.
"Señor Jesús,que has venido a encender fuego sobre la tierra, me abandono hoy a la voluntad del Padre en el soplo del Espíritu Santo. Purifica mi corazón, abrásalo con amor y caridad. Haz crecer en mí el deseo de santidad. Por el corazón Inmaculado de María, yo, (...) me consagro totalmente a Tu Corazón para amarte y servirte. Amen."
Recuerda que existen diferentes oraciones de consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
"Sagrado Corazón, Tú le has manifestado a Santa Margarita María el deseo de reinar en las familias cristianas y venimos hoy a proclamar Tu Reinado absoluto sobre nuestra familia (aquí reunida).
Queremos ahora vivir Tu Vida, queremos hacer que florezcan en nuestro interior aquellas virtudes por las que Tú has prometido la paz ya aquí, en la tierra y queremos alejar de nosotros el espíritu del mundo que has maldecido.Te pedimos que reines en nuestra inteligencia con la sencillez de la fe. Que reines en nuestros corazones con un infinito amor que los hará arder por Ti y nosotros mantendremos esa llama recibiendo a menudo Tu divina Eucaristía .
Dígnate, oh Divino Corazón, presidir nuestras reuniones, bendecir nuestros emprendimientos, espirituales y materiales, apartar nuestras preocupaciones, santificar nuestras alegrías y aliviar nuestras penas.
Si alguno de nosotros un día tienela desgracia de alejarse de Ti, Oh Corazón de Jesús, recuérdale que Tú eres bueno y Misericordioso con el pecador que se arrepiente.
Y al llegar la hora de la separación, cuando venga la muerte y traiga el duelo en medio nuestro, estaremos todos nosotros sometidos a Tus eternos decretos, tanto los que se van como los que quedan. Nos consolará el pensamiento de que llegará un día en que toda nuestra familia, reunida en el Cielo, podrá cantar Tu Gloria y Tu alabanza por siempre.
Dígnate, corazón Inmaculado de María y dígnate también glorioso patriarca San José, presentar esta consagración y recordárnosla todo los días de nuestra vida."
Después de las apariciones de Jesús a santa Margarita María Alacoque, ocurridas en 1689, en Paray-le-Monial, se ha difundido el culto al Sagrado Corazón de Jesús. Al respecto, se citan algunas palabras que la joven religiosa escribió en una carta a la madre superiora: «Él (Jesús) quiere establecer Su reino entre nosotros solo para concedernos más abundantemente sus gracias preciosas de santificación y de salvación». En otras palabras, Jesús pidió la consagración del reino de Francia a Su Corazón para bendecir todos sus asuntos y hacerlo triunfar sobre sus enemigos, sin embargo, el rey Luis XIV no hizo caso a las cartas de sor Margarita María en que transmitía el deseo de Jesús y poco tiempo después de produjo la trágica Revolución Francesa. Lamentablemente, no fue sino hasta encontrarse en prisión que Luis XVI finalmente decidió consagrar Francia al Sagrado Corazón, sin embargo, ya era demasiado tarde.
Cabe anotar que la consagración al Corazón de Jesús es esencial, pues nos garantiza poder recibir numerosas gracias y nos preserva de grandes males. Recordemos que el Señor no deja de derramar sus bendiciones sobre quienes se entregan a Él sin reserva y llenos de confianza, por lo tanto, todos estamos llamados a consagrarnos a él: de manera individual, en familias, en comunidad, en las parroquias, en los diferentes países del mundo…
La consagración al Sagrado Corazón de Jesús está íntimamente ligada a la consagración al Corazón Inmaculado de María y al Corazón castísimo de san José. De este modo, es posible vivir varias consagraciones, porque todas se complementan y tienen como objetivo el acercarnos a Dios. Por ejemplo, la consagración a los dos Corazones de Jesús y de María está centrada en el lazo de amor que une los Corazones de Jesús y de María, el cual representa un vínculo tan fuerte, que resulta en la unión absoluta de estos dos corazones santos.
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¡Y ante tanta variedad, solo nos queda invitarte a acoger el amor incondicional de Cristo en tu corazón!