Entre las muchas consagraciones que la Iglesia católica ofrece a los fieles, la consagración al Corazón Inmaculado de María es una de las más extendidas. Esta devoción se desarrolló con fuerza tras las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima (Portugal).
Consagrarse al Corazón Inmaculado de María significa entregarse enteramente a Ella: "cuerpo, alma, bienes interiores y exteriores", en palabras de San Luis María Grignion de Montfort. De hecho, a través de la consagración a su Corazón Inmaculado, la Virgen María promete la salvación y afirma que su Corazón Inmaculado será el refugio de las almas y el camino que las conducirá a Dios.
Con Hozana, puedes descubrir y realizar diversas consagraciones. Por ejemplo: Consagración al Sagrado Corazón de Jesús, Consagración a la Preciosa Sangre de Cristo, Consagración a San José, Consagración a los Corazones Unidos de Jesús y María, consagración al Espíritu Santo, consagración a San Miguel Arcángel, consagración a San José…
"Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, me consagro a tu Corazón Inmaculado para ser plenamente ofrecido y consagrado al Señor.
Por favor, tómame bajo tu protección maternal; defiéndeme de los peligros, ayúdame a vencer las tentaciones, a huir de los pecados y vela por la pureza de mi cuerpo y de mi alma. Que tu Corazón Inmaculado sea mi refugio y el camino que conduce a Dios.
Dame la gracia de orar y sacrificarme por amor a Jesús, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra tu Inmaculado Corazón.
Al entregarme a ti y en unión con el Corazón de tu divino Hijo, quiero vivir para la Santísima Trinidad en quien creo, adoro, espero y amo.
Así sea".
"Santísima Virgen María, Soberana y Madre nuestra, venimos con confianza a consagrar nuestra familia a tu Corazón Inmaculado y Doloroso…
¡Oh purísimo Corazón de María, sé nuestro modelo!
Queremos que nuestro hogar sea la imagen más fiel de tu pureza. Prometemos respetar las santas leyes del matrimonio, del pudor y de la decencia cristiana, y excluir de nuestro hogar y de nuestro corazón todo lo que pueda entristecer tu mirada.
¡Oh Corazón santísimo de nuestra Madre Inmaculada, ¡santifícanos! Queremos que nuestro hogar sea un hogar cristiano, donde reine el estado de gracia y la unión de los corazones. No permitas que ni un solo miembro de nuestra familia se separe de tu Hijo y de ti misma por el pecado mortal. Danos tal amor a la oración -especialmente a la oración en familia- que Dios reciba cada día el homenaje de toda nuestra familia. Reina del Santísimo Rosario, haz que amemos el Rosario y no permitas que pase ni un solo día sin rezarlo y meditarlo.
Oh Corazón de María, tan lleno de ternura y solicitud, dígnate formar a imagen de Nuestro Señor a todos los hijos que el Cielo se complace en darnos. Infunde en sus corazones la sed de la Eucaristía, el amor a la pureza y al sacrificio, el celo por el apostolado y -si éste es el designio de tu divino Hijo- la gracia de la vocación sacerdotal o religiosa.
Oh Corazón Doloroso de Nuestra Señora, te confiamos todas nuestras penas y preocupaciones. En el duelo y la tristeza, se nuestro consuelo. En las pruebas y angustias, confórtanos y fortalécenos. Tú que has sido traspasada por el dolor, enséñanos el valor redentor de las cruces que la divina Providencia se digna concedernos, y ayúdanos a soportarlas con valor y espíritu de fe.
Oh Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ponemos en Ti toda nuestra esperanza y estamos seguros de que todos los miembros de nuestra casa, bendecidos, ayudados y protegidos por Ti en la tierra, serán un día acogidos por Ti en el Cielo, para cantar Tu Misericordia y la del Sagrado Corazón de Jesús, por toda la eternidad.
Así sea".
-Oraciones traducidas del francés por Hozana
"Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania.
Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz.
El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará.
A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.
Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas.
Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones.
Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión.
Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.
El 13 de junio de 1917, la Virgen María se apareció en Fátima (Portugal) a tres pastorcitos: Lucía (más tarde Sor Lucía), Francisco y Jacinta. Durante esta segunda aparición, Nuestra Señora les dio este mensaje: "Dios quiere establecer la devoción a mi Inmaculado Corazón en todo el mundo. Decid a todo el mundo, a todos los que abracen la devoción a mi Corazón Inmaculado, les prometo la salvación. Todos los que abracen esta devoción tendrán la salvación, estas almas serán amadas por Dios, puestas por mí como flores para adornar su Trono." Poco después, la Virgen añadió a Lucía: "Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y el camino que os conducirá a Dios".
En su Tratado de la verdadera devoción a María, san Luis María Grignion de Montfort (1673-1716) da las claves para comprender y vivir la oración de consagración a la Madre de Dios. Revela lo que él llama el Secreto de María: ¡rezar a María es la manera más rápida y poderosa de acceder al Corazón de Jesús!
Hozana te ofrece diversas comunidades de oración para rezar a la Virgen María. Te invitamos a descubrir novenas, rosarios y cursos de consagración a María, completamente en línea: