Santa Ana, madre de la Virgen María, rezó mucho antes de conocer a su marido, San Joaquín. Por lo tanto, es normal que podamos recurrir a esta mujer, cuando oramos para encontrar el amor, ya que sus oraciones fueron respondidas.
En las familias se reza a menudo por Santa Ana, puesto que esta maravillosa santa, quien se convirtió en nuestra abuela celestial a través de Cristo, aún sigue rezando al Señor por nosotros. ¡Solteros, entreguemos nuestro deseo y nuestra espera a Santa Ana!
“Altísimo Dios eterno, de quien depende todo el ser y el reparo del linaje humano: postrada en tu real presencia suplico se digne tu Infinita bondad de mirar las ansias de mi alma y oír mis peticiones.
Ante tus ojos son manifiestos mis deseos de que, me des la compañía de un(a) esposo(a) que me ayude a guardar la divina ley y testamento santo, para crecer ambos en perfección y en la observancia de tus preceptos. Santo Dios, Padre infinitamente providente, no escondas tu piedad de mí, ni permitas, pues eres Padre, que mi súplica sea desechada.
Y pues me mandas, Señor mío, que con confianza te pida como a poderoso y rico en misericordia, concédeme lo que por ti deseo y pido, pues en pedirte hago tu santa voluntad y obediencia. Y si mis culpas detienen tus misericordias, aparta de mí lo que te desagrada e impide.
Poderoso eres, Señor, Dios de Israel, y todo lo que fuere tu voluntad puedes obrar sin resistencia. Lleguen a tus oídos mis peticiones; que soy pobre y pequeña, tú eres Infinito e inclinado a usar la misericordia con los abatidos. ¿A dónde iré fuera de ti, que eres Señor de los señores y Todopoderoso?
Tú me enseñaste a desear y a esperar tu liberalidad. Entregado tengo mi corazón y mente a tu Voluntad. Aparta mis ojos de la vanidad.
Si fuera tu beneplácito conceder mi petición, todo lo pondré a tu entero servicio, Padre mío, para ayudar a propagar el reino de Dios en la tierra. Haz de mí lo que sea de tu agrado y alegría, Señor, mi espíritu con el cumplimiento de esta esperanza. Mira desde tu solio al humilde polvo y levántalo, para que te magnifique y adore y en todo se cumpla tu Voluntad y no la mía. Amén.”
-Sor María de Jesús de Ágreda, siglo XVII
Puedes hacer esta novena en línea en cualquier momento. El hecho de recorrer este camino de oración durante nueve días, nos permite abrir nuestros corazones, con confianza, a la voluntad de Dios, y vivir esta espera con alegría y esperanza.
Cada día, durante nueve días, Santa Ana y San Joaquín, los abuelos de Jesús, nos guían hacia Él en todas las etapas de la vida familiar. De hecho, la novena es muy completa, y te propone una meditación cada día para que vayas preparando tu corazón, no solo para encontrar el amor verdadero, sino para vivir con esa persona el noviazgo, el matrimonio, y otras etapas de la vida familiar.
Luego de la lectura de los textos, oramos rezando:
No olvidemos invocar a Santa Ana, mientras la llamamos diciendo: “Santa Ana, ruega por nosotros”.
Día 1- Abuelos y abuelas, ancianos y ancianas, viudos y viudas
Día 2- Solteros y solteras
Día 3- Novios, esposos
Día 4- Parejas con problemas conyugales
Día 5- Parejas poco fértiles, infértiles o estériles
Día 6- Embarazadas y niños por nacer
Día 7- Padres y madres de familia
Día 8- Niños y jóvenes ¡futuro de la Iglesia, de la sociedad, del mundo!
Día 9- Consagrados, vocaciones
Santa Ana y San Joaquín tuvieron muchas dificultades para tener un hijo. Sin embargo, rezaron fervientemente al Señor y tuvieron la alegría de convertirse en los padres de la Virgen María, de manera tardía. Por esta razón, existen oraciones a Santa Ana que pueden rezar las parejas que esperan un hijo.
Esta pareja, que experimentó muchas pruebas y las venció gracias a su paciencia, ternura y fe, es un ejemplo de vida conyugal y familiar. ¡No dudemos en confiarles nuestras familias!