Es un franciscano cuya espiritualidad se basa en la entrega total a la Inmaculada. De hecho, es un precursor del apostolado a través de los medios de comunicación, ya que creó una editorial para publicar la gloria de María. Este hombre de Dios dijo una vez: "El amor nunca descansa, sino que se extiende como un fuego devorador"... De hecho, cuando era prisionero en Auschwitz, se ofreció a morir en lugar de un padre de familia, por lo cual los nazis quemaron su cuerpo, haciendo que las palabras que había escrito en su diario de niño se hicieran realidad: "Mi ideal: vivir para la Inmaculada. Me gustaría que mis cenizas se dispersen hacia los cuatro puntos del universo para su gloria". ¡Su corazón ardiente ya está inflamando la generación del tercer milenio!
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Rajmund Kolbe nació en Lodz (Polonia) el 8 de enero de 1894. Sus padres eran personas muy religiosas, de hecho, su padre era miembro de la Tercera Orden Franciscana, y, junto a su familia, eligieron vivir pobremente por amor al Señor. La familia tenía una gran devoción por la Virgen María y realizaba una peregrinación anual a pie a Czestochowa. A los 10 años, Rajmund vivió un acontecimiento muy conmovedor: durante una discusión con su madre, ella le preguntó airadamente "¿qué va a ser de tu vida?”. Impactado por esta pregunta,el chico se fue a rezar a la iglesia para tener un poco más de claridad, fue entonces cuando se le apareció la Santísima Virgen sosteniendo dos coronas en sus manos, una blanca que significa pureza y otra roja que indica martirio. Rajmond acepto humildemente las dos coronas.
A los 13 años, Raimundo ingresó en el seminario franciscano, se hizo fraile a los 16 años y decidió llamarse Maximiliano. Posteriormente, fue a estudiar a Roma e hizo su profesión perpetua a los 19 años, tomando el nombre de Maximiliano María. En 1917, el anticlericalismo era bastante virulento en Roma, al apoyado por una corriente masónica. Sin embargo, el joven fraile quería que los cristianos fueran más activos gracias a los medios técnicos modernos, por lo que decidió fundar la Misión de la Inmaculada y crear una revista mariana llamada El Caballero de la Inmaculada. El objetivo de todo esto era que las personas amaran al Señor. Posteriormente, fue ordenado sacerdote a los 28 años y enviado a Polonia, donde consiguió un terreno para fundar la Ciudad de la Inmaculada: construyó una capilla, una carpintería y talleres de impresión con máquinas modernas para difundir la revista en más de 60.000 ejemplares. De hecho, otros hermanos se unieron a la causa y juntos se consagraron a la Santísima Virgen y vivieron muy pobremente.
En 1930, hizo parte del proyecto en el que se pretendía fundar una nueva Ciudad de la Inmaculada en Asia y partió con cuatro hermanos hacia Nagasaki. Cuando la bomba atómica explotó en 1945, el convento se mantuvo en pie. La comunidad creció, pero Maximiliano tuvo que regresar a Polonia. En 1939 los alemanes invadieron el país. Al llegar al convento, lo destruyen todo, se llevaron a los hermanos y los deportaron a un campo de concentración. En mayo de 1941 Maximiliano llegó al campo de Auschwitz, justo después de su llegada ocurrió algo impresionante: un prisionero había escapado y decidieron castigarlo severamente, por lo que tomaron diez prisioneros al azar con el propósito de dejarlos morir de hambre en un búnker; Dentro de los escogidos había un padre de familia, quien al ser seleccionado grito: "¡Dios mío! Mi pobre esposa, mis pobres hijos", al oír esto, el padre Kolbe se adelantó diciendo: "soy un sacerdote católico, estoy viejo, quiero ocupar su lugar". Ante esto, el comandante no tuvo más remedio que aceptar y meter al padre Kolbe en una celda. Un intérprete polaco del campo atestigua que: "la gente gritaba en el búnker, pero en cuanto entró el padre Maximiliano Kolbe empezaron a rezar, cantar y recitar el rosario juntos; él animó a sus hermanos repartiendo esperanza hasta el final". Poco a poco fueron muriendo todos, uno tras otro, después de tres semanas sólo quedaban cuatro prisioneros, por lo que se envió a una enfermera para acabar con ellos. De este modo, Maximiliano murió con un rostro apacible en la tarde del 14 de agosto de 1941, cuando justamente se daba inicio la fiesta de la Asunción.
Maximiliano Kolbe fue proclamado santo por Juan Pablo II el 10 de octubre de 1982 y su fiesta se celebra el 14 de agosto. De hecho, este hombre de Dios fue reconocido como confesor y mártir de la fe y nombrado patrono de los periodistas.
A continuación presentamos dos hermosas oraciones de San Maximiliano Kolbe, especialmente su famosa oración de consagración a la Inmaculada Concepción. Si deseas depositar tus intenciones personales a San Maximiliano Kolbe, Hozana te ofrece una hermosa novena, la cual puedes rezar a manera de preparación para su fiesta el 14 de agosto.
“Oh Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima, a quien Dios quiso confiar la entera economía de la misericordia: yo, indigno pecador, me postro a tus pies suplicándote humildemente que aceptes todo mi ser como cosa y propiedad tuya, y hagas lo que desees de todas las facultades de mi alma y de mi cuerpo, de toda mi vida, muerte y eternidad.
Dispón, si quieres, de todo mi ser sin ninguna reserva, para que se cumpla lo que fue dicho de ti: “Ella te aplastará la cabeza”, así como: “Tú sola has destruido todas las herejías en el mundo entero”, a fin de que en tus manos inmaculadas y misericordiosísimas yo llegue a ser un instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas extraviadas e indiferentes y difundir así todo lo posible el bendito reino del Santísimo Corazón de Jesús.
Concédeme alabarte, oh Virgen Santísima. Dame fuerza contra tus enemigos.”
“Oh Virgen Inmaculada, elegida entre todas las mujeres para dar al mundo el Salvador ;
Tú, que fuiste el siervo fiel del Señor, haz que respondamos a la llamada de Jesús y le sigamos por el camino de la vida que lleva al Padre.
Virgen entregada del todo a Dios, sácanos del pecado, transforma nuestros corazones.
Reina de los Apóstoles, haznos obreros del Reino,
Que nuestras vidas den testimonio del Evangelio en medio de nuestro mundo que va en busca de luz, verdad y amor.
Comparte con nosotros el deseo de tu corazón maternal y tu viva esperanza: que ninguno de tus hijos se pierda.
Oh Madre de Jesús, ternura del Espíritu Santo, que la creación entera celebre contigo la alabanza de la misericordia y el amor infinitos de Dios.”
-Oración traducida del francés por Hozana
El padre Maximiliano Kolbe fue muy devoto de la Virgen María desde su infancia. De hecho, predicó mucho sobre la Inmaculada y dio hermosas meditaciones para hacer el rezo del rosario. A continuación, presentamos varias citas de sus palabras sobre la Virgen María y su Hijo Jesús.
"María ofreció al Hijo, por lo tanto, ella es la Virgen de la ofrenda total y de la entrega de sí misma. Ella es la propiedad perfecta de Jesús, Jesús es Dios y Él mismo es la propiedad del Padre Eterno". (Traducido del francés por Hozana)
“La Inmaculada, ¡ese es nuestro ideal! Acercarse a Ella y asemejarnos a Ella. Dejar que Ella domine nuestro corazón y todo nuestro ser, que Ella viva y obre en nosotros y por nosotros y que Ella misma ame a Dios con nuestro corazón, para pertenecer totalmente a Ella sin condiciones. ¡Ese es nuestro ideal!”. (Extracto de La Inmaculada de Emma Haynes, S.H.M)
"Abandónate cada día en las manos de Jesús y de la Inmaculada. No te apenes por las
contrariedades y las dificultades; déjaselo todo a la Inmaculada, ella lo puede todo: hará lo
que desee” (Extracto de San Maximiliano y el Acto de ofrecimiento a María).
"Yo mismo tengo miedo al sufrimiento y a la humillación, pero me tranquiliza pensar que ni siquiera Jesús, en el Huerto de los Olivos, experimentó un sentimiento diferente. ¡Las gracias llegan cuando las necesitamos!”. (Traducido del francés por Hozana)
“Si la Inmaculada no fuese la Mediadora de todas las gracias, no habría ninguna razón para conquistar el mundo entero y cada alma en particular en orden a llevarlas al Corazón Sacratísimo de Jesús por la Inmaculada, pues las almas podrían entonces ganar el Paraíso de otra manera.” (Extracto de La Inmaculada revela al Espíritu Santo, 2006 ).
Maximiliano Kolbe tenía un apego especial por Lourdes, él mismo había sido curado en su dedo cuando era niño, al usar un poco de agua de Lourdes, por lo tanto, decidió hacerse su mensajero: "En Lourdes, la Inmaculada Concepción tomó las perlas de su rosario y animó a Bernadrdita a rezarlo con ella. Si queremos crecer en el amor a Jesús, debemos meditar los misterios del Rosario con María, repitiendo una y otra vez el Ave María y susurrándolo sin cesar.”
Para conocer mejor la historia de Maximiliano Kolbe, existe una biografía de Félix Ochayta Piñero que recorre los acontecimientos excepcionales que marcaron la vida de este sacerdote, periodista y mártir (1894-1941) . Este libro se titula: Maximiliano Kolbe: mártir de la caridad.