Quizá te estás preguntando ¿qué es un santo patrono?, o ¿por qué debemos tener un santo patrono?... Pues queremos decirte que, todos tenemos santos patronos que están relacionados con nuestro nombre, nuestro país, nuestra profesión, o sencillamente con la situación que estamos viviendo (desempleo, enfermedad, dificultades en el hogar, etc.). Lo cierto es que nuestros santos patronos solo esperan interceder por nosotros y llevarnos en sus oraciones, por eso te invitamos a descubrir a continuación un poco más sobre estos santos que acompañan nuestras vidas cada día.
Un santo patrón es un santo que, a través de su vida e historia, se ha convertido en el protector de una persona o grupo de personas en particular. De hecho, existen santos patronos según las profesiones, gremios y actividades. Por ejemplo, San José de Cupertino es el patrono de los estudiantes, San Cristóbal es el patrono de los viajeros, San Eloi de los mecánicos, etc. Además, las ciudades, países y lugares geográficos también tienen su propio santo patrono: San Miguel es el patrono de Francia, San Benito es el patrono de Europa, San Santiago es el de España, la Virgen de Guadalupe es la santa patrona de las Américas, etc. Por último, en general cada uno conoce muy bien a su santo patrono, ya que ¡el santo patrono de cada persona es el que tiene su mismo nombre de nacimiento! De hecho, entre los católicos, el santo patrono se elige al momento del bautismo, cuando el sacerdote llama al futuro bautizado por su nombre de pila. Por otro lado, en los ritos orientales, el nombre de bautismo (que corresponde al santo patrono) puede ser diferente del nombre de nacimiento.
Tradicionalmente, el patronazgo de un santo se establece en función de la vida, la historia o la leyenda que lo rodea. Por ejemplo, algunos santos realizaron determinados milagros mientras vivieron en esta tierra, por eso, la memoria popular ha seguido invocándolos después de su muerte, en situaciones similares en las cuales intervinieron de manera eficaz mientras vivían en esta tierra, como es el caso de San Roque el curandero. Otros santos han ejercido un oficio o actividad con santidad, por lo que han sido elegidos para ser su protector (Ejm: San José obrero). Además, en muchas ocasiones las iglesias también se acogen al patronazgo de un santo, y para esto se elige un santo que vivió o fue venerado en ese lugar. Por último, recordemos que muchas personas invocan a ciertos santos en casos bastante específicos, por ejemplo: a San Miguel para pedir protección, a San Expedito para causas urgentes, a Santa Rita para casos imposibles y desesperados, a San Antonio para causas perdidas, etc.
Incluso, pueden haber santos patronos a los que se dedica un evento (por ejemplo, descubre los santos patronos de la Jornada Mundial de la Juventud 2023).
El patrocinio de un santo representa su protección especial. De hecho, es bien sabido que los santos son poderosos intercesores, pues, debido a sus virtudes han podido obtener su lugar privilegiado en el Cielo. Por lo tanto, están en la presencia de Dios, rezándolo y alabándolo constantemente. En el catolicismo existe un término llamado "Comunión de los Santos", que se refiere al hecho de que las almas que ya están en el Cielo puedan rezar por las personas que aún están en la Tierra, y viceversa, que los que están en la Tierra puedan unir sus oraciones a las de los santos o pedir su intercesión. Dicho de otro modo, se trata de una invitación extendida a todas las almas, para que se unan y complementen en la oración, con el propósito de hallar el favor de Dios. Y, en esta comunión de los santos, el santo patrono tiene una misión especial: obtener gracias para quienes recurren a él. Por ejemplo, San José es el protector de la familia y obtiene muchas gracias de Dios para las familias que le acuden. No olvidemos que, cada santo patrono tiene una asignación, que permite a cada persona encontrar un intercesor en el Cielo según su situación.
En general, el santo patrono de cada persona es el santo que lleva su mismo nombre. Sin embargo, es posible que un nombre de nacimiento corresponda a varios santos, o, que por el contrario, ninguno corresponda. En este caso, se aconseja a los padres elegir el santo patrono que desean para su hijo. Esto puede hacerse al momento del nacimiento o incluso, del bautismo. Asimismo, las personas que están en proceso de bautizarse eligen un nombre de bautismo correspondiente a un santo patrono, que a menudo corresponde a una figura que ha marcado su camino hacia Cristo.
En tiempos antiguos, más concretamente desde el Concilio de Trento (1563) hasta el Concilio Vaticano II (1965), los católicos debían escoger un nombre vinculado a un santo reconocido oficialmente por la Iglesia, pero hoy en día ya no es una obligación. Sin embargo, debemos recordar que, elegir el nombre de un santo permite ofrecer a su hijo un modelo de vida cristiana y un protector que le acompañará durante su vida en esta tierra.
Por otro lado, recordemos que, además de tener un santo patrono, cada persona tiene un ángel de la guarda. Este ángel tiene una misión de protección para toda la vida, incluso más importante que la del santo patrono, al tratarse de un compañero dado por Dios a todos los hombres desde el momento de su concepción.
Hozana te invita a descubrir diversas comunidades dedicadas a los santos, para que profundices un poco más sobre su patronazgo y te confíes a ellos. También puedes elegir un santo con el que sientas una afinidad especial: