La vida de San Nicolás no es muy conocida y las historias pueden mezclar fácilmente la realidad con la ficción. Por lo tanto, queremos proponer a continuación algunas líneas históricas de su vida:
Nicolás de Mira o Nicolás de Bari nació en Pátara, Asia Menor, (actualmente territorio de Turquía), alrededor del año 270. Sus padres eran buenos cristianos: su madre era hermana de Nicolás, obispo de Mira, quien ejerció una importante influencia sobre el niño. De hecho, el pequeño Nicolás mostró una gran piedad desde muy temprana edad, por lo que, luego de haber heredado una gran fortuna, decidió utilizarla para realizar obras de caridad con los más necesitados. Todo esto, lo hizo siendo aún muy Joven. ¡Qué gran corazón!
Posteriormente, Nicolás fue ordenado sacerdote por su tío y se convirtió en el superior del monasterio de “Nueva Sión”, situado cerca de Mira. Tras la muerte de su tío el obispo, se decidió que Nicolás lo sustituyera, pasando así a ser el nuevo obispo de Mira. Desde un principio, Nicolás puso todo su empeño para cumplir su misión lo mejor posible, guiando a su pueblo según la doctrina correcta y mostrándoles apoyo durante sus pruebas.
De hecho, él mismo fue encarcelado durante la persecución de Diocleciano y posteriormente liberado bajo el mandato de Constantino. Además de esto, Nicolás participó en el Concilio de Nicea en el año 325 y luchó firmemente contra el arrianismo, la idolatría y la herejía.
El obispo Nicolás murió alrededor del año 350, luego de años dedicados al servicio de Dios y de los hombres. Tras su muerte, su tumba, situada en Mira, se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación, pues de ella fluyó agua milagrosa. De hecho, el culto a San Nicolás se desarrolló rápidamente en Occidente cuando sus reliquias fueron trasladadas a Bari (Italia) y sus reliquias fueron muy veneradas en esta ciudad. Esto sucedió luego que los turcos conquistaron la ciudad de Mira en el siglo XI. Como resultado de este gran hecho, todos los años se celebra una peregrinación ecuménica a la tumba de San Nicolás, que reúne a católicos y ortodoxos.
Cabe destacar que a San Nicolás se le atribuyen muchos milagros y que, a través de la pintura se han recreado muchas escenas famosas de su vida. Por ejemplo, un milagro que los artistas pintan a menudo es la escena donde tres oficiales del emperador Constantino ruegan a Dios que les envíe al obispo Nicolás, pues habían sido condenados injustamente y les acechaba la muerte. Ellos pidieron esto, pues habían visto las obras de este servidor del Señor. Entonces, luego de haber rezado, el milagro ocurrió: San Nicolás se le apareció al emperador en una visión onírica, y posteriormente este reconoció la inocencia de los tres oficiales y los liberó.
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En el siglo XII, un trovador contaba en forma de poesía, la famosa historia de los tres niños salvados por San Nicolás. Esta leyenda cuenta que tres pequeños se refugiaron en la casa de un carnicero que los mató cruelmente, encerrándolos en un barril. Pero, San Nicolás vino al rescate montado en un burro y los resucitó. De hecho, esta historia de los "tres niños pequeños que fueron a espigar al campo" se arraigó tan profundamente en las mentes y corazones, que permitió la creación de canciones populares que recreaban estos hechos maravillosos.
Desde el siglo XI, el culto a San Nicolás, que ya estaba muy extendido en Oriente, tuvo un gran auge en Occidente, especialmente en Italia, Alemania, Países Bajos, Alsacia y Lorena. Incluso hoy en día, se le siguen asociando diversas tradiciones.
Además, debido al gran número de milagros atribuidos a San Nicolás, muchos grupos de personas lo han escogido como su santo patrono. Por ejemplo, San Nicolás pasó a ser el patrono de los marineros, los barqueros, los pescadores, los viajeros y los peregrinos, luego de haber calmado la tormenta milagrosamente. También se considera el patrono de los abogados, los notarios y los condenados injustamente, al hacer el milagro de los tres oficiales de Constantino. A eso le agregamos que es el patrón de los rusos en Oriente. Además de todo esto, es el patrón de las jovencitas que van a casarse, pues cuenta una leyenda que habría dado una dote a las hijas de su vecino pobre.
La historia de los tres niños resucitados por San Nicolás hizo que se convirtiera en el protector de los niños y de los estudiantes. De hecho, su fiesta, que se celebra el 6 de diciembre, es motivo de grandes festividades en los Países Bajos y las regiones vecinas. Por ejemplo, en Holanda, el 5 de diciembre, en la víspera de la fecha de San Nicolás, los niños colocan sus zapatos al pie de la chimenea para recibir caramelos y dejan una zanahoria fuera para el burrito de San Nicolás. Cabe destacar que San Nicolás también es el patrono de los monaguillos en Inglaterra.
Por otro lado, en muchos cuentos infantiles que relatan la leyenda, San Nicolás aparece vestido de rojo, con una mitra en la cabeza, un báculo en la mano y cargado de muchos regalos. La tradición también estipula que, si los niños no se han portado bien, San Nicolás viene acompañado del padre “Fouettard” (padre látigo), el cual da azotes a los desobedientes y castiga con su látigo.
La emblemática figura de Papá Noel se dio a conocer solo a partir del siglo XIX, en Estados Unidos. Esta figura se inspira en gran medida en San Nicolás, por lo que retomó su traje rojo, sus regalos y su cercanía a la Navidad. No obstante, se le retiraron sus atributos de santo para conservar solamente ese lado de abuelo bueno y regordete. Además le fueron suprimidos los deslumbrantes milagros del santo verdadero para evitar confusiones.
“¡Oh bienaventurado San Nicolás de Bari! a quién Dios ha glorificado con innumerables milagros manifestando su voluntad de que acudamos a ti, en los momentos difíciles de nuestra vida, confiados en tu protección.
¡Oh portento de caridad! al que acuden las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes, los empleados, los presos, los niños, las doncellas en peligro; yo, humildemente te pido me alcances la gracia que de ti espero, confiado en tu valiosísima protección, la que nunca niegas a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades, cantemos una vez más las misericordias del Señor, y las maravillas de sus santos. ¡Providentísimo San Nicolás! no me abandones.”
“Desde este mar tormentoso,
oh Padre San Nicolás,
conduce al puerto seguro
desde la patria celestial.
De las luchas de la vida
y mortales tempestades
sálvanos por tu favor
y virtudes singulares.
Siempre acudes en socorro
de cuantos tu auxilio imploran.
Enfermos y navegantes,
pobres o ricos te invocan.
Por tu santidad eximia e intercesión poderosa,
haz que elegidos seamos a la eternidad dichosa.
A los fieles que devotos tu culto propagamos,
haznos merecer la gloria a mando a nuestros hermanos.
Amén.”