Con un corazón lleno de amor, Juana soñaba con consolidar su vida familiar, sin embargo, su marido falleció joven y la enfermedad se llevó a dos de sus hijos. Por tal razón, decidió dejar su condición de laica para seguir las huellas de Francisco de Sales. Para Juana, la acción y la contemplación estaban ligadas. Motivada por este principio, fundó la orden de las Visitación, con el objetivo de cuidar a los enfermos y los más frágiles. En cierto punto de su vida Juana deseaba una vida religiosa de reclusión en oración, pero la orden convocó a las postulantes y tuvo que viajar por toda Europa, estableciendo más de 80 monasterios a su paso. Se puede decir que su maternidad como mujer casada y luego como monja, le permitió extender las estacas de su tienda y convertirse en la madre de los olvidados y de los desechados en su época.
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Juana Francisca Fremyot nació el 23 de enero de 1572 en Dijon, Francia. Su padre era el presidente del parlamento del ducado de Borgoña. Su madre murió cuando tenía un año, por lo que la crianza de la niña estuvo a cargo de su tía, y su padre velaba para que tuviera una buena formación religiosa. En 1592 es desposada por el Barón de Chantal con quien tuvo 6 hijos, de los cuales 2 fallecieron siendo aún muy pequeños. Como mujer, Juana demostró ser una madre y esposa ejemplar, como piadosa, sentía una fuerte devoción al servicio de los más pobres. En 1601, cuando su esposo murió en un accidente de cacería, Juana se resignó y cumplió con humildad su deber de estado desarrollando su vida espiritual.
En el año de 1604 hizo un retiro de cuaresma con el obispo de Annecy, que más tarde se conocería como San Francisco de Sales. Juana vio en él el director espiritual que necesitaba, y a partir de ese momento lo recibió como su guía espiritual. Posteriormente, Juana comenzó a encaminarse hacia la vida religiosa, y en 1610 fundó la Orden de la Visitación de Santa María junto a San Francisco de Sales, en la ciudad de Annecy, convirtiéndose así en la primera hermana de la visitación.
Durante unos 18 años, las almas de Juana y Francisco se mantuvieron unidas gracias a una gran amistad, que les permitió mantenerse en contacto por medio de correspondencia epistolar. De hecho, estas cartas que se escribieron mutuamente constituyen una obra maestra de la literatura francesa y religiosa. Posteriormente, a lo largo de su vida religiosa, Juana se fue desprendiendo gradualmente de los bienes materiales y de sus afectos, se dedicaba al cuidado de los enfermos, y finalmente hizo sus votos en el año de 1616. Cabe destacar que, la Madre Juana viajó por toda Francia para encargarse de la construcción de monasterios, y durante su vida en esta tierra no paró de fundarlos, permitiendo así la extensión de la espiritualidad salesiana en distintos lugares. Tras la muerte de San Francisco en 1622, Juana tuvo que enfrentarse a la notoriedad, pero permaneció humilde y al servicio de los enfermos. A medida que crecía espiritualmente, Juana se sentía acosada por diversas tentaciones que eran cada vez más fuertes.Por último, Juana murió santamente el 13 de diciembre de 1641 en Moulins, luego de haber recibido la debida preparación. Juana de Chantal fue canonizada el 16 de julio de 1767 y su fiesta se celebra el 12 de agosto.
Juana de Chantal y San Francisco de Sales tuvieron una obra en común: trabajaron juntos para lograr la fundación de la Orden de la Visitación en 1610. La misión de este nuevo instituto de vida religiosa es “entregar a Dios hijas de oración, tan devotas, que sean encontradas dignas de adorarlo en espíritu y en verdad” (San Francisco de Sales). Mientras Juana aún estaba en vida, la orden se expandió rápidamente, de tal modo que en 1622 ya existían 13 monasterios, y en 1641 se contaban unos 87, de los cuales el más famoso es el de Paray-le-Monial (que se ha convertido en un gran santuario). De hecho, en el año de 1671 Santa Margarita María Alacoque ingresaría precisamente a esta orden y posteriormente recibiría la revelación del Sagrado Corazón de Jesús. Cabe destacar que, actualmente, los monasterios de la visitación están presentes en 4 continentes.
Santa Juana de Chantal fue proclamada patrona de las madres de familia y de las viudas, así como de las personas olvidadas y de los ex convictos, y se sabe que intercede de manera especial por estas personas. De hecho, puedes invocar su intercesión a través de la novena a santa Juana de Chantal.
"Oh bondad soberana de la soberana providencia de mi Dios, me abandono para siempre entre tus brazos;
sea que me trates con dulzura o con rigor, condúceme de ahora en adelante, por donde mejor convengas.
No pondré mis ojos en los caminos por los que me harás pasar, sino en ti, oh mi Dios, que me guías;
mi corazón no encuentra descanso, fuera de los brazos y del regazo de esta celeste Providencia, mi verdadera madre, mi fuerza y mi bastión;
Es por ello que me he resuelto, contando con tu ayuda divina, oh mi salvador, a seguir tus deseos y ordenanzas, sin nunca mirar o tratar de dilucidar las razones por las cuales permites lo uno y no lo otro,
todo lo contrario, con los ojos cerrados te seguiré según tu voluntad divina sin buscar mi propio deleite;
es lo que he determinado, dejar a Dios hacer todo, sin dejarme por fuera del descanso de sus brazos, sin desear ninguna otra cosa, sino aquello que Él me llevará a desear, a querer y a anhelar.
Te ofrezco este deseo, oh mi Dios, suplicándote que lo bendigas, asumiendo todas las cosas, apoyada en tu bondad, libertad y misericordia, con plena confianza en ti y recelo en mí, en mi infinita miseria e incapacidad.
Amén."