La acción de gracias es una actitud de gratitud hacia Dios: cuando una persona está llena de las bendiciones de Cristo, puede reconocer en ellas el amor de Dios y tener una actitud de acción de gracias, es decir, de agradecimiento hacia el Señor. Por ejemplo, una forma de dar gracias a Dios es participando en la Eucaristía (la Misa), que representa un momento de acción de gracias, alabanza y alegría.
Te invitamos a descubrir a continuación algunos textos y versículos bíblicos sobre la acción de gracias.
“El hombre se inclinó y adoró al Señor, diciendo: «Bendito sea el Señor […]» (Gn. 24,26).
“Y [Jetró] exclamó: «Bendito sea el Señor que los libró de las manos de los egipcios y de las manos del Faraón. Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, porque él salvó a su pueblo del poder de los egipcios, a causa de la arrogancia con que estos lo trataron»” (Ex. 18,10-11).
“Cuando David supo que Nabal había muerto, exclamó: «¡Bendito sea el Señor, que ha defendido mi causa contra la afrenta que recibí de Nabal y ha preservado del mal a su servidor!»” (1 Sam.25. 39).
“Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios” (Sal. 34:2).
“Bendito sea el Señor, mi Roca” (Sal. 143,1).
“Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor: «Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos y los carros. El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. El es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza” (Éx. 15,1).
“Al cuarto año, todos sus frutos serán consagrados en una fiesta de alabanza al Señor” (Lv. 19,24).
“De regreso cantaban y bendecían al Cielo: «Porque es bueno, porque es eterno su amor»” (1 Mac. 4,24).
“¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!” (Sal. 12,6).
“Tú dirás en aquel día: Te doy gracias, Señor, porque te habías irritado contra mí, pero se ha apartado tu ira y me has consolado. Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación” (Is. 12,1-2).
“Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: «Hoy hemos visto cosas maravillosas»” (Lc. 5,25-26).
“Vivan en Cristo Jesús, el Señor, tal como ustedes lo han recibido, arraigados y edificados en él, apoyándose en la fe que les fue enseñada y dando gracias constantemente” (2 col. 2,7).
“Nosotros, por nuestra parte, siempre debemos dar gracias a Dios, a causa de ustedes, hermanos amados por el Señor. En efecto, Dios los eligió desde el principio para que alcanzaran la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tes. 2,13).
“Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía». Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva” (1 Co. 11, 23-26).
La Palabra de Dios es alimento para el alma, que da fuerza y alegría. Tengamos presente que ya tenemos la gracia de conocer a Dios y de profundizar cada día nuestra relación con Él, ¡y eso es una gran bendición, pues Cristo hace profundamente felices a las personas!: "He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".
Recordemos que un corazón alegre, también es agradecido. Por lo tanto, Hozana te ofrece diferentes comunidades de oración en línea para que la Palabra de Dios se convierta en parte de tu vida: