El amor es una aventura, un reto que compromete todo nuestro ser, pues representa pasar por diferentes etapas que no siempre son fáciles, por ello es necesario que Dios sea el centro de nuestra relación y nos guíe hacia su voluntad. Recordemos que Dios es todo Amor y nos ayuda a amar sinceramente a la otra persona. Tengamos presente que el matrimonio es un regalo de Dios, por eso es necesario confiar nuestra pareja al Señor mediante la oración. Por ejemplo, podemos rezar la oración de los esposos y confiarle nuestro compañero de vida a Dios.
Además, Hozana te invita a descubrir estos pasajes de la Biblia, mediante los cuales Dios nos muestra hasta qué punto nuestro esposo o esposa son una gracia divina.
“ El que encontró una mujer encontró la felicidad y obtuvo el favor del Señor”. (Proverbios 18; 22)
“Y Jacob trabajó siete años para poder casarse con Raquel, pero le parecieron unos pocos días, por el gran amor que le tenía” (Génesis 29:20).
“Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne” (Génesis 2:24).
“Antes que sople la brisa y huyan las sombras, iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso. Eres toda hermosa, amada mía, y no tienes ningún defecto” (Cantar de los Cantares 4:6-7).
“Que el hombre no separe lo que Dios ha unido” (Marcos 10:9).
“Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo” (Efesios 5:28).
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás (...)” (1 Corintios 13: 4-8).
“No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14).
“¡Bendita sea tu fuente, y encuentra tu alegría en la mujer de tu juventud, cierva amable, graciosa gacela! Que en todo tiempo te embriaguen sus amores y estés siempre prendado de su afecto” (Proverbios 5:18).
“Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su mujer como así mismo, y la esposa debe respetar a su marido" (Efesios 5: 31-33).
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