El abandono en Dios fue experimentado por muchos profetas, como Abraham: “Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré”. (Génesis 12:1). La fe, una virtud de carácter teológico, nos exige a veces a los cristianos ser capaces de abandonarnos en Dios, sobre todo en determinados momentos de nuestra vida. A continuación, descubre con Hozana 13 pasajes y versículos de la Biblia sobre el abandono.
“Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque solo tú, Señor, aseguras mi descanso”. (Salmo 4:9)
“Yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste. ¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!”. (Salmo 13:6)
“Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel”. (Salmo 31:6)
“Confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y vive tranquilo: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón. Encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra”. (Salmo 37:3-5)
“Encomienda tus obras al Señor, y se realizarán tus proyectos”. (Proverbios 16:3)
“No digas: «Voy a pagar mal con mal», espera en el Señor y él te salvará”. (Proverbios 20:22)
“Amén la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón. Porque él se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él”. (Sabiduría 1:1-2)
“Que Dios me conceda hablar con inteligencia, y que mis pensamientos sean dignos de los dones recibidos, porque él mismo es el guía de la Sabiduría y el que dirige a los sabios. En sus manos estamos nosotros y nuestras palabras, y también todo el saber y la destreza para obrar”. (Sabiduría 7:15-16)
“Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable. Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa”. (Jeremías 20:11-12)
«Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran, ni cosechan, ni acumulan en graneros, y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?". Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción». (Mateo 6: 24-34)
“Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten, porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitan. Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura”. (Lucas 12:29-31)
“Después les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en cielo. Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir”. (Lucas 21:10-15)
“Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró”. (Lucas 23:46)
Hozana te invita a vivir en la confianza y el abandono, siguiendo el modelo de Cristo, que se abandonó al Padre (Lucas 23:46). También podemos aprender de los santos que nos han precedido.
Para ello, Hozana te propone una serie de hermosas comunidades de oración, por ejemplo:
La Iglesia católica define el abandono en Dios como “confianza absoluta en su amor”. Significa dejarnos guiar por el Espíritu Santo, seguros de que el plan de Dios para nosotros y para el mundo es un plan de amor. Abandonarse en Dios no significa no hacer nada, todo lo contrario, sino desear actuar según la voluntad de Dios y creer que su gracia nos sostendrá para obtener lo que espera de nosotros.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad”. (1 juan 1:9)
En el Salmo 21 (22), podemos leer: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Son las palabras que Jesús mismo pronunció en la cruz. Este salmo es, pues, una oración que podemos dirigir a Dios cuando nos sentimos abandonados o abrumados por el sufrimiento o la desesperación.