“Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.” (Mateo 12:7). Con este desafío, Jesús corrigió a los fariseos quienes criticaban a los discípulos por haber irrespetado el sabbat. Luego continuó en el versículo 11 diciendo: “«¿Quién de ustedes, si tiene una sola oveja y esta cae a un pozo en sábado, no la va a sacar?”... Por lo tanto sus enseñanzas nos muestran que ser misericordioso es ir a ayudar a los demás sin detenerse a juzgar. Practicar la misericordia es perdonar y comprender no solo la angustia de la otra persona, sino también sus motivaciones.
Descubramos juntos la inmensidad del perdón de Dios y cómo debemos aplicarlo en nuestras vidas, a través de 5 pasajes y versículos de la Biblia.
“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado. Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.” (Hebreos 4:15-16)
“Dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?». Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». (Juan 8:4-7)
“El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo". Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.” (Lucas 15:20-22)
“Jesús se compadeció de ellos y tocó sus ojos. Inmediatamente, recobraron la vista y lo siguieron.” (Mateo 20:34)
“Por lo tanto, ya no hay condenación para aquellos que viven unidos a Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu, que da la Vida, me libró, me libró, en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte.” (Romanos 8:1-2)
Quizá hemos escuchado que Dios es grande y misericordioso. Pero ¿realmente estamos convencidos del poder de este amor que perdona, libera y nos da la vida eterna? Hozana te propone descubrir y profundizar en la misericordia mediante itinerarios espirituales: