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10 versículos bíblicos sobre la confesión

10 versículos bíblicos sobre la confesión

La confesión de los pecados, es decir, la confesión y el reconocimiento de los propios pecados, es algo que la Iglesia recomienda, al menos una vez al año, según el Catecismo de la Iglesia Católica.

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10 citas bíblicas sobre la confesión

“Si una persona peca por cualquiera de estos motivos: Cuando oye la fórmula imprecatoria del juez, se niega a prestar declaración – pudiendo atestiguar, porque ha presenciado el hecho o tiene algún conocimiento de él – y por eso carga sobre sí una culpa; o bien, toca alguna cosa impura – ya sea el cadáver de una bestia salvaje impura, de un animal doméstico impuro, o de un reptil impuro – volviéndose, sin darse cuenta, impuro o culpable; o bien, sin darse cuenta, toca a una persona impura – cualquiera sea el motivo de su estado de impureza – y al tener conocimiento de ello, se vuelve culpable; o bien, sin darse cuenta, pronuncia un juramento desfavorable o favorable – en cualquiera de esas circunstancias en que los hombres suelen jurar irreflexivamente – y al tener conocimiento de ello, se reconoce culpable; si alguien se hace culpable por alguno de estos motivos, deberá confesar aquello en que ha pecado. (Levítico 5:1-5)

«El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes". Moisés intercedió por el pueblo.» (Números 21:7)

«Josué dijo a Acán: «Hijo mío, da gloria al Señor, el Dios de Israel, y tribútale homenaje. Dime lo que has hecho, sin ocultarme nada». Acán respondió a Josué: "Es verdad, he pecado contra el Señor, el Dios de Israel. Esto es lo que hice: Yo vi entre el botín un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro que pesa cincuenta siclos; me gustaron y los guardé. Ahora están escondidos en la tierra, en medio de mi carpa, y la plata está debajo"». (Josué 7:19-21)

«Luego dijo Samuel: "Reúnan a todo Israel en Mispá, y yo rogaré al Señor por ustedes». Ellos se reunieron en Mispá, sacaron agua y la derramaron delante del Señor; allí ayunaron aquel día, y dijeron: «¡Hemos pecado contra el Señor!". Y Samuel juzgó a los israelitas en Mispá». (1 Samuel 7:5-6)

«Saúl dijo a Samuel: "He pecado, porque transgredí la orden del Señor y tus palabras. Tuve miedo del pueblo y escuché su demanda. Pero ahora, te ruego, que perdones mi pecado; vuelve conmigo, e iré a postrarme delante del Señor"». (1 Samuel 15:24-25)

«Entonces dije: "¡Ah, Señor, Dios del cielo! Tú eres el Dios grande y temible, que mantienes la alianza y eres fiel con aquellos que te aman y observan tus mandamientos. Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos, para escuchar la plegaria de tu servidor, la que ahora yo te dirijo día y noche por los israelitas, tus servidores, confesando sus pecados, porque hemos pecado contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado! Nos hemos portado mal contigo, no hemos observado los mandamientos, los preceptos y las leyes que prescribiste a Moisés, tu servidor"». (Nehemías 1:5-7)

“La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados”. (Mateo 3:5-6)

“Así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados”. (Marcos 1:4-5)

“Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver su fe, Jesús le dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados»”. (Lucas 5:17-20) 

“La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados. Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados. La oración perseverante del justo es poderosa”. (Santiago 5:15-16)

Además

Consulta este artículo sobre el sacramento de la reconciliación.

Y este artículo que explica por qué debes confesarte.

Con Hozana, aprendamos a reconocer nuestras faltas

Aprendamos a reconocer nuestros errores y pecados, con Hozana, probando la misericordia de Dios, particularmente a través del sacramento de la reconciliación.

Hozana ofrece varias comunidades de oración, por ejemplo:

  1. Únete a esta novena “9 días bajo la mirada de amor y misericordia de Dios sobre mí”, para que te sientas infinitamente amado por Cristo.
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  3. Esta comunidad Jesús misericordioso, para que experimentes el amor misericordioso de Dios en su hijo Jesucristo, siempre orando por la conversión y la salvación de las almas. 

Preguntas frecuentes sobre la confesión

¿Cuál es la oración para la confesión de los pecados?

Durante la confesión, también llamada sacramento de la reconciliación, se nos invita a rezar el acto de contrición: “Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados, y los aborrezco, porque al pecar, no solo merezco las penas establecidas por ti justamente, sino principalmente porque te ofendí, a ti sumo bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso me propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén”.

¿Cuál es el salmo penitencial?

Hay varios salmos conocidos como “salmos penitenciales”. Entre ellos, el salmo 37 (38) nos da las palabras para reconocernos pecadores e implorar el perdón de Dios. “Sí, yo confieso mi culpa y estoy lleno de pesar por mi pecado”. (Salmo 38:19)

¿Qué versículo habla de la misericordia de Dios?

Un pasaje bíblico que muestra la infinita misericordia de Dios es: “Por lo tanto, ya no hay condenación para aquellos que viven unidos a Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu, que da la Vida, me libró, me libró, en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte”. (Romanos 7:1-2) (Consulta otros versículos sobre la misericordia de Dios en la Biblia)

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