La bendición de la mesa o de los alimentos, es una oración corta de bendición que se reza antes de la comida. Aunque en muchas comunidades religiosas se acostumbra a bendecir los alimentos, para los cristianos, compartir el pan también es recordar la última comida de Cristo: la cena, la cual se conmemora en cada Eucaristía.
Descubre a continuación cómo y por qué rezar la bendición de la mesa, y algunos ejemplos de bendiciones cristianas.
Bendecir la mesa, es agradecer al Señor por las bendiciones diarias, y, recordar, que todo lo que tenemos en la tierra, es un regalo para agradecer cada día a Dios. En el Padre Nuestro, la oración que Jesús nos enseñó, pedimos a Dios que "nos dé nuestro pan de cada día"; por lo tanto, la bendición de la mesa se hace en respuesta a esta petición.
Al rezarla, no solo estamos agradeciendo al Cielo por los alimentos, sino también por las personas que la han preparado, y por los que la comparten con nosotros. Mientras rezamos, adoptamos una actitud de gratitud, de acción de gracias, y de caridad, al entregarle a Dios a aquellos que no tienen la oportunidad de comer hasta saciarse.
Bendecir la comida también significa invitar a Cristo a la mesa con nosotros, pidiéndole que Él sea el centro de este momento de compartir.
La bendición de la mesa, que se dice antes de comer, también puede complementarse con una acción de gracias, al final de la comida, para agradecer a Dios por este momento.
La bendición de la mesa, al ser una oración breve y basada en el diario vivir, es una buena oportunidad para tener un momento de oración en familia, con los niños, por ejemplo.
¡No hay reglas formales para bendecir la mesa! Puedes rezar o cantar la oración; puede hacerla uno de los invitados, o todos los que comparten la comida.
Comienza y termina con la señal de la cruz.
Después de haber agradecido al Señor por la comida, podemos entregarle las personas presentes, nuestro trabajo, nuestro hogar, un evento del día o una intención de oración específica.
Aquí hay algunos ejemplos de bendiciones, pero, obviamente, cualquier palabra de alabanza y agradecimiento a Dios puede servir para bendecir la mesa.
“V. Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar.
R. Amén.
V. El Rey de la gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial.
R. Amén.”
¡También podemos cantar la bendición de la mesa!
"En el nombre del Padre... Bendícenos, Señor, y bendice los alimentos que vamos a tomar para mantenernos en tu santo servicio. Amén."
"Bendícenos, Señor, y bendice nuestros alimentos. Bendice también a quienes nos los han preparado, y da pan a los que no lo tienen."
"Bendice, Señor, a cuantos hoy comemos este pan. Bendice a quienes lo hicieron y haz que juntos lo comamos en la mesa celestial."
"Porque me das de comer, muchas gracias, Señor. Sé que hay muchos hombres que hoy no comerán... Danos a todos el pan de cada día."
“Benedic, Domine, nos et haec tua dona, quae de tua largitate sumus sumpturi. Per Christum Dominum nostrum. Amen.”
Traducción: "Bendícenos, Señor, y la comida que vamos a comer, por Jesucristo nuestro Señor. Que así sea".
Encuentra otras oraciones cristianas tradicionales en latín.