La oración es una forma de enfrentar la enfermedad, de soportarla, y superarla, pero, sobre todo, de hacer entrar a Cristo Salvador en nuestras vidas.
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré." (Mateo 11:28). Hay muchas oraciones para los enfermos, entre las que se incluyen las oraciones de sanación, y, oraciones que son más específicas, por ejemplo, las oraciones para las personas con cáncer. A continuación, tres hermosas oraciones que podemos hacer para entregar nuestra salud, o, la de nuestros hermanos a la misericordia del Señor.
“¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, madre de Dios y madre nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate de que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!
Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (diga el nombre del enfermo/a).
Alcánzale de tu divino hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y, sobre todo, un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios.
Amén.”
“Te rogamos, redentor nuestro, que, por la gracia del Espíritu Santo, cures el dolor de este enfermo, sanes sus heridas, perdones sus pecados, ahuyentes todo sufrimiento de su cuerpo y de su alma y le devuelvas la salud espiritual y corporal, para que, restablecido por tu misericordia, se incorpore de nuevo a los quehaceres de su vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.”
“Señor mío y Dios mío, por tu amor y por tu misericordia sánanos de todas las enfermedades, porque somos tus hijos. Sánanos especialmente de aquellas que la ciencia humana no alcanza a curar. Haz que con tu ayuda conservemos siempre pura nuestra alma de todo pecado. Amén.”
“Elevemos nuestra oración a Dios, Padre misericordioso, en quien ponemos nuestra confianza al iniciar este tiempo de Cuaresma. Lo hacemos por mediación de María, salud de los enfermos, respondiendo:
R. Confiamos en ti, Señor.
Por nuestros hermanos enfermos: para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan también la presencia cercana y maternal de la Virgen.
Por las familias de los enfermos, los profesionales, los voluntarios, y todos aquellos que les atienden y cuidan, para que se conviertan en preciosos iconos de confianza y acompañamiento al lado del que sufre.
Por todos los religiosos y religiosas consagrados al servicio de los enfermos y pobres: para que, como María en su visita a Isabel, sean imagen de la solicitud de Cristo por los hermanos que nos necesiten.
Escucha, Padre, nuestra oración y danos un corazón compasivo como el de María, para que nos mostremos siempre más atentos a las necesidades de nuestros hermanos que sufren y nos comprometamos, sin miedo, a acompañarles. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén."
Este año 2020, ha estado marcado por desafíos como la dificultad, la incertidumbre y el sufrimiento ante la presencia del Covid-19. Hoy día, más que nunca es imprescindible que recordemos que no estamos solos, que Dios nos acompaña. En este tiempo se ve probada de manera muy especial nuestra confianza en Él. Oremos juntos por todas las personas que han sido alcanzadas por esta enfermedad, a través de la comunidad de oración “En el dolor y la dificultad, confío en Dios.” y recemos para ser fortalecidos en los momentos difíciles.
Hay muchas otras oraciones para acompañar a los enfermos, ya sea que tengan padecimientos en el cuerpo o en el alma. De hecho, podemos rezar más específicamente por un niño enfermo o por las personas que están en sus últimos días, para que el Señor esté con ellas hasta el final de su viaje en esta tierra... En nuestras oraciones, es bueno recordar al personal de salud, a los que cuidan a los enfermos y a todas aquellas personas que, como Jesús, se ponen al servicio de los más débiles.
Para dar aún más fuerza a nuestras oraciones, podemos decidir ofrecer una novena (rezar durante nueve días), o rezar en comunidad, presentando las intenciones por los enfermos en la oración universal. Estas intenciones se pueden presentar durante una celebración eucarística. Además de esto, también podemos rezar una letanía para los enfermos. No olvidemos el alivio que producen los santos sacramentos al enfermo: el sacramento de la reconciliación, la eucaristía y la unción de los enfermos.