Hoy en día, la tumba de San Pío de Pietrelcina se ha convertido en un gran lugar de peregrinación, con casi siete millones de peregrinos al año, incluso más que en Lourdes. El cuerpo del santo reposa en la iglesia de San Giovanni Rotondo, donde el fraile capuchino vivió desde 1916 hasta su muerte en 1968. Allí, los fieles pueden ver su cuerpo, pues está exhibido de forma permanente.
La ciencia no explica actualmente la preservación natural de su cuerpo cincuenta años después de su muerte. Además, aún sigue esparciendo, de manera regular, un perfume agradable y penetrante. Los milagros siguen ocurriendo en la actualidad y muchos son los testimonios de las gracias recibidas (sanaciones milagrosas, conversiones...).
Todos pueden confiar sus intenciones al Padre Pío rezando esta oración.
Desde hace mucho tiempo, el Papa Francisco le ha dado mucha importancia a la figura del Padre Pío. De hecho, promovió el establecimiento de grupos de oración fundados por el Padre Pío en su diócesis de Buenos Aires.
Durante el Jubileo Extraordinario de la Misericordia 2015-2016, el Papa Francisco quiso que los restos del santo se exhibieran en la Basílica de San Pedro. El cuerpo fue colocado en un ataúd transparente y escoltado a Roma por miles de fieles y oficiales de policía.
En marzo de 2018, para la celebración del centenario de los estigmas del Padre Pío y el cincuentenario de su muerte, el Papa Francisco quiso hacer una peregrinación tras las huellas del santo. Fue a los dos lugares más importantes de la vida del fraile capuchino, su pueblo natal: Pietrelcina y el convento donde pasó cincuenta años: San Giovanni Rotondo. El Papa también se puso bajo la protección de este maravilloso santo.
Aprender a vivir según la espiritualidad del Padre Pío está al alcance de todos, gracias al sinnúmero de cartas que escribió a sus hijos e hijas espirituales. Estas contienen una fuente de ricos consejos y palabras para cada situación difícil.
Incluso, hoy en día es posible convertirse en un hijo o hija espiritual del Padre Pío. Todo lo que se necesita es tener las disposiciones espirituales adecuadas. Esto es precisamente lo que los padres capuchinos de San Giovanni Rotondo nos proponen, al darnos las condiciones (en forma de folleto) para entrar a la familia espiritual del Padre Pío. A aquellos que se comprometan fielmente en este camino, los capuchinos prometen su oración diaria en la tumba del Padre Pío y la bendición del Señor.
Las condiciones son las siguientes:
1. Vivir intensamente la vida de la gracia divina.
2. Dar testimonio de su fe a través de la palabra y las obras, siguiendo una vida auténticamente cristiana.
3. Tener el firme deseo de ponerse bajo la protección de San Padre Pío, y disfrutar de los frutos de su oración y sus obras.
4. Imitar al tan venerado Padre en sus virtudes, especialmente en su amor por Jesús Crucificado, la Sagrada Eucaristía, la Santísima Virgen, el Papa y toda la Iglesia.
5. Recitar, siguiendo el ejemplo del Padre Pío, el Rosario todos los días.
6. Participar de la Santa Misa, todos los domingos y en las fiestas de Precepto.
7. Ser animado por un espíritu de caridad sincera hacia el prójimo.