Desde hace varias décadas, se empezó a honrar con mucho fervor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María mediante una fiesta que se ilumina con muchas luces y alegría:
En muchos lugares de Europa, este día de celebración corresponde al 8 de diciembre, fecha que tradicionalmente también corresponde a la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Por ejemplo, en Lyon (Francia) se celebra la famosa fiesta de las luces (fête des lumières), un evento mundialmente conocido con el nombre comercial de festival de las luces o día de las Iluinaciones. Esta tradición comenzó a establecerse a partir del año 1852 y consiste en encender velas y colocarlas en los alféizares de las ventanas en señal de devoción a la Virgen María. En la acualidad, también se adorna la ciudad con luces y se ofrecen iluminaciones y espectáculos de luces a los visitantes.
En algunos países de América latina, especialmente en Colombia, el 7 de diciembre por la noche se celebra el tradicional día de las velitas. Normalmente, esa noche, las luces y los colores son los protagonistas de la velada, pues las personas acostumbran a adornar las calles, balcones, terrazas y muros con velas de colores. Además, en ciertos casos, los niños cubren las velitas con faroles de hermosos colores, y juegan con luces de bengala para recordar la alegría que produce la gran devoción a María, festejada durante esa hermosa noche de velitas, que se prolonga hasta la madrugada del 8 de diciembre.
Aunque los orígenes cristianos de esta celebración no son muy exactos, esta fiesta simboliza el vínculo profundo que existe entre las personas y la Santísima Virgen.
¡Te invitamos a descubrir el significado y las tradiciones que caracterizan esta fiesta mariana con Hozana!
¡También te animamos a rezar a la Virgen María con motivo de esta celebración, recordando que las luces encendidas significan “gracias María”!
La Fiesta de las Luces tiene sus orígenes en el siglo XVII. El 8 de septiembre de 1643, cuando los dirigentes municipales de Lyon decidieron hacer una procesión a la colina de Fourvière y pedir la protección de la Virgen María, ya que una gran epidemia de peste asolaba la ciudad. Ese año, milagrosamente, la ciudad fue preservada. Desde ese entonces, los fieles acostumbran a hacer un peregrinaje anual, en señal de agradecimiento, permitiendo el inicio de una relación privilegiada que une a la ciudad de Lyon con la Santísima Virgen. A raíz de estos hechos, en la capilla de la Virgen de Fourvière se construyó una estatua en honor a la Virgen María, cuya inauguración debía llevarse a cabo el 8 de septiembre de 1852, pero debido al mal tiempo, la inauguración se tuvo que aplazar al 8 de diciembre, fecha de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Como si fuera poco, el 8 de diciembre, mientras toda la ciudad se preparaba para la fiesta, se desataron violentas tormentas y se decidió posponer el evento por segunda vez. Pero, al llegar la noche, los lioneses realizaron unanimemente un hermoso acto de amor a la Virgen: pusieron velas en sus ventanas e hicieron procesiones hacia la capilla, lo cual dio origen a la Fiesta de las Luces, el 8 de diciembre de 1852, y dos años después, la Iglesia proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en la misma fecha.
La celebración del día de las velitas surgió en el año 1854, luego de que el papa Pío IX proclamara el dogma de la Inmaculada Concepción. Este anuncio generó reacciones y acciones de agradecimiento en el mundo entero, que se vieron manifestadas en el encendido de las velas, antorchas y otros elementos luminosos para honrar a la Virgen María.
En países como Colombia, la celebración comienza la noche anterior a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, es decir, el 7 de diciembre, y se prolonga hasta el amanecer del 8 de diciembre. Las tradiciones pueden variar de un lugar a otro, pero usualmente se suelen encender las velas en la madrugada del 8 de diciembre. A decir verdad, la noche de velitas es muy festiva: las ciudades enteras se llenan de vivaces alumbrados públicos, en ocasiones con una temática especial y se adornan las calles, andenes, terrazas y balcones de cada hogar con velitas de colores, que a su vez se protegen y adornan con faroles de colores para evitar que se apaguen. Ese día los niños también suelen jugar con luces de bengala, bajo la supervisión de un adulto.
¡Durante la Fiesta de las Luces o día de las velitas, los cristianos honramos a la Santísima Virgen que se une a nosotros en nuestra humanidad por medio de nuestros actos de fe!
De hecho, esta celebración es una oportunidad para meditar sobre el significado de la fe y la esperanza. Además, también puee ser la ocasión propicia para contemplar las gracias de María.
Esta fiesta también constituye una invitación para todos los cristianos a dar gracias a Dios por la Virgen María, recordando que las bellas iluminaciones de esta celebración son un gran síbolo espiritual que recuerda a los cristianos el llamado a ser “la luz del mundo”, como Jesús, y a difundir esta luz divina a nuestro alrededor.
Retomando el gesto de fe de 1852 (en Lyon) y 1854 (proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción), la tradición familiar de esta celebración es colocar vasos adornados con velas, faroles de colores, velas de colores o hermosos alumbrados en lugares visibles de cada hogar.
Como se había mencionado anteriormente, durante estas fechas no solo se adornan las casas, sino también las ciudades enteras con hermosas iluminaciones o alumbrados, los cuales no solo embellecen las calles, sino que también permiten honrar a la Virgen María. De hecho, en muchos lugares esta celebración se suele acompañar con pequeñas muestras culturales o espectáculos en torno a dicha celebración.
De hecho, en algunas ciudades, esta celebración se ha convertido también en una gran fiesta turística, que atrae a cientos de visitantes de muchas partes.
No es casualidad que se haya elegido la fecha del 8 de diciembre para ser el día de encender luces o velas en diferentes partes del mundo, ya que esta fecha también corresponde a la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en la que los cristianos celebran a “María, concebida sin pecado”.
De hecho, las liturgias retoman el símbolo de la luz para recordar que María está cubierta con un manto de luz, lo cual representa su pureza. En otras palabras, ¡la Virgen de la Inmaculada Concepción es para nosotros el reflejo de la luz eterna!
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“Santísima Virgen María, Inmaculada Concepción, tú conoces nuestro mundo, en el que viviste hace 2000 años. Tú conoces la oscuridad que puede habitar nuestros corazones y nuestras sociedades. Pero habéis acogido en vuestro seno a Jesús, Luz nacida de la Luz, para que ilumine el mundo llevando la verdad y la alegría.
Mientras enfrentamos una gran incertidumbre sobre el futuro, nos encomendamos nosotros mismos, nuestras familias, nuestras comunidades y nuestras sociedades a ti. Sabiendo que tu Hijo Jesús es el vencedor del mundo, te pedimos que nos ayudes a acogerlo con confianza y a escoger siempre la luz en nuestras decisiones.
Virgen de la Concepción, quédate con nosotros en nuestras pruebas presentes, y vela por cada uno de tus hijos. Nuestra Señora, ruega por nosotros”.
-Oración traducida del francés por Hozana
La Fiesta de las Luces o día de las velitas, da testimonio de la gran piedad mariana que se tiene hacia la Santísima Virgen. ¡Esta fiesta también simboliza la protección especial de María a quienes le rezan!... Por tal razón, Hozana te invita a seguir el ejemplo de este acto de fe y de esperanza, encomendándote a la Santísima Virgen, nuestra madre, mediante estas comunidades en línea: