25 de abril, fiesta de San Marcos evangelista
«Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará”.» (Marcos 16: 15-16)
El evangelio de San Marcos es el segundo en la Biblia, después del evangelio de San Mateo. Aunque no forma parte de los discípulos de Jesús ni de los doce apóstoles, se considera que fue testigo directo de la vida de Jesús (presenció la muerte de Cristo en la cruz) y es conocido por los relatos de los Hechos de los Apóstoles y por diversas cartas escritas por San Pablo y San Pedro, de quienes fue discípulo posteriormente. De hecho, había seguido a San Pablo hasta Asia Menor y, tras el martirio de este último, se unió a San Pedro, que le consideraba como a su propio hijo. Además de esto, San Marcos evangelizó en Egipto e incluso algunas fuentes le atribuyen el origen de la Iglesia de Alejandría, la de Aquilea y hasta la de Venecia (de la cual es el santo patrón). Por lo que sus reliquias fueron trasladadas de Alejandría a Venecia en 828). Por lo anterior, se puede decir que dejó una huella imborrable de su amor hacia Cristo en todos los lugares por los que pasó.
San Marcos escribió su Evangelio en lengua griega entre los años 50 y 60 (según se cuenta, murió entre el año 68 y el 72), y lo empezó relatando el encuentro entre Jesucristo y San Juan Bautista: «COMIENZO DE LA BUENA NOTICIA de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos", así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”. En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección”.» (Marcos 1:1-11)
Por otra parte, se le conocía como “el taquígrafo de San Pedro”, porque se dice que transcribió la catequesis y la predicación de San Pedro a los primeros cristianos de Roma y a los nuevos conversos. A través de sus escritos, trató de demostrar el poder de Jesucristo, especialmente mediante sus numerosos milagros y curaciones. Además, se considera que su evangelio es asombrosamente parecido al de San Mateo (de los 661 versículos del evangelio de San Marcos, 600 son retomados en el evangelio de San Mateo), pero más conciso y directo.
Por último, se cree que murió martirizado el 25 de abril, en Alejandría, durante el reinado del emperador Nerón, quien perseguía a los cristianos. Por esta razón se le celebra su fiesta en esta fecha por haber sido un evangelizador de la vida de Cristo.
Ora con el evangelista Marcos
“Oh Dios, que por tu inmensa caridad en favor de los hombres quisiste que nos llamáramos hijos tuyos, y de hecho lo somos, concédenos, por los méritos de san Marcos, tu evangelista, recibir la promesa de la vida eterna al ser librados de la terrible desgracia de la muerte; que este santo apóstol nos proteja de manera especial todos los días de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén”.
“San Marcos, tú que tienes un don especial para librarnos de la insuficiencia renal, ruega por nosotros sin cesar”.
“Dios nuestro, que enalteciste al evangelista san Marcos con la misión de anunciar la buena noticia de la salvación, concédenos recibir de tal modo sus enseñanzas para que sigamos fielmente las huellas de Cristo. Amén”.
Continúa en oración con San Marcos evangelista
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