El 15 de agosto es un día festivo, porque en esta fecha los católicos celebran la Asunción de la Santísima Virgen María, que también se conoce como como la Dormición de María en la tradición oriental. En épocas pasadas, más concretamente en el siglo VI, los cristianos orientales comenzaron a celebrar a la Virgen María de manera espontánea. Luego, un siglo después, el Papa Sergio instituyó esta gran fiesta mariana en Occidente. Posteriormente, la Asunción fue proclamada dogma de fe por el Papa Pío XII en 1950.
Te invitamos a descubrir a continuación el sentido que da la Iglesia católica a la fiesta de la Asunción, y cómo los cristianos honran a la Virgen María el 15 de agosto.
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La fiesta mariana de la Asunción -también llamada "Dormición de María" por los ortodoxos- celebra el momento en el que Dios tomó el alma y el cuerpo de la Virgen María para elevarlo al cielo.
Etimológicamente, el término "Asunción" proviene del latín "assumere" que se traduce como "quitar", lo cual quiere decir que al final de su vida terrenal, la Santísima Virgen fue "tomada o elevada por Dios" para entrar en la gloria celestial.
En este orden de ideas, el día de la Asunción los cristianos glorifican a María por su ascensión al cielo, así como por su coronación como Reina. Por consiguiente, la liturgia católica clausura la fiesta de la Asunción, ocho días después, con la celebración de la fiesta de María Reina, lo cual confirma que María es reina y soberana “no tan sólo por su divina maternidad, sino también en razón de la parte singular que por voluntad de Dios tuvo en la obra de nuestra eterna salvación. (CARTA ENCÍCLICA AD CAELI REGINAM, Papa Pío XII).
La celebración de la Asunción de María se remonta a las tradiciones orientales del siglo VI, y es posible que la tradición de celebrar esta fiesta el 15 de agosto se deba a la consagración de una iglesia en Getsemaní en honor de la Virgen María, pues se cree que fue allí donde pasó sus últimos días sobre esta tierra. Posteriormente, la fiesta mariana tomó el nombre de "Dormición de María" y se extendió por todo Oriente, durante el reinado del emperador bizantino Mauricio.
Cabe anotar que, en Occidente, la fiesta tomó el nombre de Asunción cuando fue instituida por la Iglesia de Roma a finales del siglo VII (probablemente por el Papa Sergio I). Poco tiempo después, durante el reinado de Luis XIII comenzó a surgir y expandirse un verdadero fervor por María, cuando el rey decidió poner a Francia bajo la protección de Nuestra Señora de la Asunción, como una forma de agradecer por el nacimiento de su hijo. A partir de entonces, en muchos lugares se llevan a cabo las procesiones mariales el 15 de agosto.
por otro lado, en el año de 1950, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción con estas palabras: “Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para acrecentar la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste” (MUNIFICENTISSIMUS DEUS, Pío XIII).
Aunque los términos "Asunción" y "Ascensión" son similares, y ambos se refieren a una elevación al cielo, cabe anotar que tienen significados diferentes:
Al tratarse de las mayores fiestas marianas, la Asunción de la Virgen María es una oportunidad para los cristianos de participar en hermosas ceremonias, acompañadas de procesiones, y organizar todo tipo de festividades, que pueden variar de un país a otro, por ejemplo, bendiciones del mar, peregrinaciones, vigilias, cantos, oraciones a la Virgen, etc.
Por otro lado, la Solemnidad de la Asunción, celebrada el 15 de agosto, tiene una liturgia específica, que incluye oraciones, himnos y antífonas. Asimismo, las lecturas y cantos de ese día destacan el papel de María en la historia de la salvación como Madre de Cristo: “Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú ahora vives en la gloria del Señor”. (Salmodia, Oficio de Laudes).
Para los cristianos, la contemplación de la Virgen María a través de su Asunción, es una prenda de esperanza: María, elevada en cuerpo y alma a la gloria divina, dio inicio al destino de la humanidad, pues todos estamos llamados a seguir su camino de resurrección; precisamente por esta razón se llama a María "la primera en el camino"...
Recordemos que, ¡por su Asunción ha sido consumada la victoria sobre la muerte y el pecado! De este modo, para nosotros que aún estamos en esta tierra, contemplar a la Virgen significa descubrir la meta de nuestra peregrinación terrenal, e implica dejarnos guiar por ella a lo largo de nuestra vida.
Por otro lado, el mismo Papa Francisco se refirió al respecto, diciendo: “este paso de la pequeña Virgen de Nazaret ha sido el gran salto de la humanidad. (...) que una de nosotros viva en el Cielo con el cuerpo nos da esperanza: entendemos que somos valiosos, destinados a resucitar”.
“Alégrate y gózate Hija de Jerusalén
mira a tu Rey que viene a ti, humilde,
a darte tu parte en su victoria.
Eres la primera de los redimidos
porque fuiste la adelantada de la fe.
Hoy, tu Hijo, te viene a buscar, Virgen y Madre:
“Ven amada mía”,
te pondré sobre mi trono, prendado está el Rey de tu belleza.
Te quiero junto a mí para consumar mi obra salvadora,
ya tienes preparada tu “casa” donde voy a celebrar
las Bodas del Cordero:
• Templo del Espíritu Santo
• Arca de la nueva alianza
• Horno de barro, con pan a punto de mil sabores.
Mujer vestida de sol, tu das a luz al Salvador
que empuja hacia el nuevo nacimiento
Dichosa tú que has creído, porque lo que se te ha dicho
de parte del Señor, en ti ya se ha cumplido.
María Asunta, signo de esperanza y de consuelo,
de humanidad nueva y redimida, danos de tu Hijo
ser como tú llenas del Espíritu Santo,
para ser fieles a la Palabra que nos llama a ser,
también como tú, sacramentos del Reino.
Hoy, tu sí, María, tu fiat, se encuentra con el sí de Dios
a su criatura en la realización de su alianza,
en el abrazo de un solo sí.
Amén”.
Fuente: Aciprensa
(Puedes encontrar otras oraciones a María en la guía de oración de Hozana)
María, "la primera en el camino", nos precede en la gloria de la resurrección y anticipa el tiempo de salvación prometido para los hijos de Dios. Por esta razón, Hozana te propone diversas comunidades en torno a la Virgen, para que puedas seguir su camino de fe y esperanza. Por ejemplo: