Santiago de Compostela, Santiago el Mayor, Santiago de Zebedeo... El apóstol Santiago es conocido por diversos nombres, y en general por la peregrinación que se le atribuye. El hijo de Zebedeo, fue uno de los doce apóstoles de Cristo, al cual, Cristo le apodó a él y a su hermano Juan "los hijos del trueno", a causa de su celo apostólico. Además, Santiago fue uno de los tres apóstoles más cercanos al Salvador, incluso fue elegido por Jesús para ser testigo de su transfiguración y de su agonía en Getsemaní y fue el primer apóstol en morir martirizado por Cristo: "Él (Herodes) mandó decapitar a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de “los panes Acimos”. (Hechos de los Apóstoles, 12, 2-3).
Antes de esto, Santiago había permanecido en Jerusalén tras la muerte de Jesús para proclamar la Buena Nueva, luego se fue a España, donde evangelizó multitudinariamente y después regresó a Tierra Santa, donde fue martirizado, pero a pesar de que murió allí, sus discípulos llevaron su cuerpo a España, donde fue sepultado cerca de Compostela, un lugar que se hizo famoso, gracias a la peregrinación a Santiago de Compostela, lo que conllevó que Santiago se convirtiera en el santo patrón de los cruzados y de la reconquista de España a los moros, y luego de todo el país de esta manera, las diversas conquistas españolas contribuyeron a difundir su culto por todo el mundo; y por ende, la fiesta de Santiago el Mayor se celebra el 25 de julio, como el primer apóstol mártir y se le venera en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, donde tuvo una aparición de la Virgen María.
“Monseñor Santiago,
Tú que recorriste los caminos del mundo hasta la lejana Finisterre para evangelizar a los hombres y que, desde tu bendita aventura, quisiste dirigir los pasos del cristianismo hacia tu santo sepulcro, guiándolo con una estrella resplandeciente, y protegiéndolo de los peligros de los viejos senderos.
Guía y protege a los peregrinos de esta época que, movidos por un sentimiento semejante, se dirigen a venerar tus reliquias. Que su viaje a Compostela sea gozoso y que regresen a casa con el cuerpo sano y el alma reconfortada por tu fe ferviente.
Te pedimos también, Señor Santiago, que el amor al prójimo reine plenamente en las sendas de la peregrinación. Amén”.
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