La fiesta de Pentecostés es una fiesta cristiana que se celebra 50 días después de la Pascua, es decir, el 7º domingo después de la Pascua, y 10 días después de la Ascensión. De hecho, esta celebración marca el final del Tiempo pascual, en el que los cristianos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesús en el Cenáculo -un episodio bíblico narrado en el libro de los Hechos-, y la misión de evangelización que ha sido asignada luego de haber sido bautizados espiritualmente.
Te invitamos a unirte a esta hermosa novena de preparación para el Pentecostés en Hozana.
Los Hechos de los Apóstoles relatan el maravilloso episodio en el que el Espíritu Santo descendió en forma de viento y lenguas de fuego, mientras los discípulos y María estaban reunidos celebrando la fiesta judía de Shavuot, luego de la Ascensión de Jesús al Cielo:
“De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos” (Hechos 2: 2-3).
A decir verdad, este suceso representa el cumplimiento de la promesa que Cristo hizo a sus apóstoles en dos ocasiones:
Y, después de lo sucedido, los discípulos, llenos del Espíritu Santo, fueron enviados a anunciar la Buena Nueva de salvación a todas las naciones:
“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse” (Hechos 1:4).
Esta fiesta es una oportunidad para rezar a la tercera persona de la Santísima Trinidad, es decir, al Espíritu Santo. De hecho, durante estas fechas los cristianos le piden que descienda sobre la Iglesia, el mundo, y que venga a habitar en cada uno de nuestros corazones.
Debemos tener presente que, si dejamos que el Espíritu de Dios sople en nuestras vidas, podremos no solo responder más fácilmente al llamado de Dios, sino también vivir nuestra vocación como cristianos bautizados y hacer la obra de Dios en nuestras vidas. Lo anterior, puesto que el Espíritu Santo nos da audacia y desarrolla en nosotros ciertos carismas, como el don de hablar en lenguas, que fue entregado a los discípulos. Además, también puede darnos ciertos dones, que Santo Tomás de Aquino formalizó en siete dones: el don de la sabiduría, el don del entendimiento, el don de consejo, el don de fortaleza el don de sabiduría, el don de la piedad y el don del temor de Dios.
“Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad” (2 Timoteo 1:7).
Esta fiesta cristiana se estableció en los primeros siglos de la historia, sin embargo, no fue sino hasta el siglo IV que se decidió celebrarla 50 días después de la Pascua.
De hecho, en la antigüedad, el lunes de Pentecostés era uno de los tres días de fiesta que formaban parte de la octava de Pentecostés, pero, desde el Concilio Vaticano II, los cristianos ya no celebran ese día la liturgia específica que le corresponde. Además, desde el año 2018, los católicos celebran ese día la fiesta de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Por otro lado, cabe precisar que ese día los cristianos ortodoxos celebran al Espíritu Santo, lo cual quiere decir que el domingo se considera como la fiesta de la Santísima Trinidad.
Tengamos presente que, en las comunidades carismáticas, el Pentecostés se celebra de manera especial y propicia la realización de celebraciones bastante festivas. Además, en Pentecostés también se celebra el sacramento de la Confirmación, que se lleva a cabo cuando el bautizado recibe plenamente el don del Espíritu: "Queda marcado con el Espíritu Santo, don de Dios".
“Oh Espíritu Santo, amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.”
En general, durante este maravilloso tiempo podemos rezar al Espíritu Santo mediante hermosas oraciones que nos permitirán invocarlo y pedirle la gracia de sus dones, por ejemplo, la oración de consagración, la oración de Juan Pablo II, la coronilla al Espíritu Santo, las letanías del Espíritu Santo, entre otras.
Por otro lado, durante las vísperas del día de Pentecostés, se canta el Veni Creator Spiritus, y durante la misa, el himno gregoriano Veni Sancte Spiritus.
Además, podemos preparar nuestro corazón para recibir el soplo de Dios con una novena de preparación a Pentecostés, o sencillamente mediante una novena al Espíritu Santo.
Te dejamos algunas ideas para ayudarte a preparar tu corazón y recibir el derramamiento del Espíritu Santo sobre tu vida.
En Hozana, te invitamos a descubrir diversas comunidades de oración dedicadas al Espíritu Santo, para que abras tu corazón y recibas el soplo divino de Dios en tu vida. Por ejemplo, puedes: